Un río de personas en Washington. Una marea en Boston, Chicago, Nueva York, Los Angeles, Portland, en Oregon. De este a oeste. De norte a sur. Hasta en Texas, al amparo de la frontera entre Estados Unidos y México.
Al grito de «Familias Unidas», una oleada de protestas recorre Estados Unidos para hacer presente el «No» a la «tolerancia cero» impulsada por la Administración Trump en el tema de la inmigración y vociferar el eslogan: «Inmigrantes, aquí son bienvenidos».
En el centro de la manifestación, que partió de la capital, el llamado afligido a la reunificación de las familias de inmigrantes separadas en el confín: los carteles son explícitos como ya la plaza habituada desde el día siguiente a la toma del cargo de Donald Trump en la Casa Blanca.
Pero esta vez la imagen de muñecas recluidas en jaulas caló hondo en una opinión pública que desde hace días hace sentir su voz con focos de protesta.
Casi 600 las personas detenidas (luego liberadas) dos días atrás cuando una marcha de mujeres confluyó en uno de los edificios que hospedan al Senado en Capital Hill. Entre ellas, la actriz Susan Sarandon, «veterana» de las manifestaciones en Washington, cuya imagen con las manos en alto grita el disenso.
Centenares de miles de personas en todo el país. Unas 700 citas, grandes y pequeñas, en todo el mundo.
«No como la marcha de las mujeres el día después de la jura de Trump. Quizás hubo más gente también en la manifestación contra las armas en marzo.
Pero la movilización permanece masiva para un evento organizado en pocos días y mediante el tam tam vía web», explica Martha Taylor observando el río de gente a lo largo de la Avenida Pennsylvania en Washington, directo hacia la sede del Congreso en Capital Hill: «Del resto muchos podían decidir no venir, visto que los jueces establecieron que las familias deben volver a unirse. Pero igualmente no bajamos los brazos, nos ocupamos en primera persona».
El martes pasado un juez federal decidió que los niños separados de sus mamás y papás tras la implementación de la llamada línea de «tolerancia cero» deberán volver con sus progenitores, con un límite de tiempo de 14 días para los menores de 5 años, y de 30 días para los más grandes.
En el interín muchos de esos padres fueron expulsados y es aún incierto el destino de los menores ya en los centros de acogida. Centros como el visitado día pasados por la primera dama Melania Trump en la frontera: primero en Texas, luego el jueves -una semana después- en Arizona.
Entre los eslóganes y los carteles más creativos, entre ellos, “A mi me importa, ¿y a ustedes?», contrastando con el «mensaje» en la campera de la ‘first lady’ en su primera visita al confín (¿”A mi no me importa, y a ti?”), mensaje que fue un misterio y desencadenó no pocas polémicas.
Así desde la mañana en La Fayette Square, en el umbral de la Casa Blanca, centenares de personas presentes bajo un palco donde se reunieron los pedidos: el de la cantante Alicia Keys (quien llegó con su hijo de 7 años) y de la actriz America Ferrera. Y además el de niños, de entre 7 y 10 años, que leyeron misivas en apoyo de sus coetáneos inmigrantes separados de sus familias.
Empero, el presidente Donald Trump no se encontraba en la Casa Blanca. Está en New Jersey transcurriendo el fin de semana en su club de golf. (ANSA).