Luiz Inácio Lula da Silva, el primer exmandatario brasileño preso por un delito común, arribó a Curitiba donde pasará su primera noche arrestado para cumplir una condena de 12 años y un mes.
El ex goberante (2003-2010) arribó al aeropuerto Alfonso Pena de Curitiba, en el sureño estado de Paraná, a las 22 horas locales (1 GMT) en un avión Cesna monomotor de la Policía Federal. Posteriormente, a las 22.17 horas (1:17 GMT) fue trasladado en helicóptero hacia la Superintendencia de la Policía Federal en el centro de la ciudad.
Manifestantes contrarios y simpáticos a Lula se concentraron frente a la sede policial en Curitiba. La Policía informó que el imputado será alojado en una celda de 15 metros cuadrados donde pasó ayer su primera noche encarcelado para cumplir una condena de 12 años y un mes del Tribunal Regional Federal 4, de la segunda instancia.
Los camaritas del Tribunal Regional confirmaron n ampliaron la sentencia de 9 años y seis meses de prisión del juez Sergio Moro, de primera instancia en Curitiba, mentor de Lava Jato. Con un saco gris y una camiseta oscura Lula descendió de la aeronave custodiado por policías vestidos de civil.
En la Superintendencia de la Policía Federal también está cumpliendo una condena el ex ministro de Hacienda del gobierno de Lula, Antonio Palocci, que delató a su ex jefe político. Lula da Silva fue condenado por corrupción y lavado de dinero debido al recibimiento de un apartamento en la ciudad balnearia de Guarujá, por parte de la constructora OAS. Pocos minutos antes del aterrizaje de la aeronave policial llegaron a Curitiba, en un avión privado, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, y su correligionario el senador Lindbergh Farias.
«No le tengo miedo» a la cárcel donde «voy a entrar de cabeza erguida», prometió hoy Lula durante su último discurso en libertad pronunciado en el mediodía de hoy en el Sindicato de Metalúrgicos de San Bernardo do Campo.
El exmandatario se entregó a la policía poco antes de las 19 horas (22 GMT) después de haber estado dos días atrincherado en el Sindicato en San Bernardo do Campo, en el cordón industrial de San Pablo.
Lula llegó al Sindicato en la noche del jueves luego de que el juez Moro le ordenó entregarse en Curitiba el viernes. El político no acató la determinación del magistrado y optó por permanecer en el gremio del cual fue presidente en los años 70 y principio de los 80.
Una multitud de simpatizantes del PT y movimientos sociales, que se oponen a la prisión , impidieron que Lula deje el predio del Sindicato a las 16.50 horas (19.50 GMT). Ante esa actitud de sus seguidores el político retornó al gremio donde permaneció durante poco más de una hora y media, hasta que se calmaron los ánimos y finalmente.
Mientras tanto Gleisi Hoffmann habló con los activistas para persuadirlos de que permitan salir al jefe petista para entregarse a la Policía Federal en San Pablo. La condena de Lula posiblemente repercutirá en el mundo político a seis meses de las elecciones presidenciales.
El fundador del PT se ubica primero en las encuestas preelectorales con entre el 35 % y el 38 % de las intenciones de voto, seguido por Jair Bolsonaro, que suma entre el 16 % y el 18 % de respaldo. A partir de hoy Lula no podrá continuar con sus caravanas proselitistas por el país y quedará en desventaja frente a sus adversarios.
Ayer la senadora Hoffmann, titular petista, reiteró que Lula será candidato incluso si no recupera la libertad a través de un habeas corpus. Por otra parte el petista ya infligió la Ley de la Ficha Limpia, que impide ser candidato a cualquier ciudadano con condena en segunda instancia.
Ante su casi segura exclusión de los comicios se estima que Lula tendrá que elegir a un pupilo político, y entre los nombres que se barajan están el ex alcalde de San Pablo, Fernando Haddad, y el exgobernador de Bahia, Jaques Wagner. Haddad y Wagner, ambos del PT, estuvieron con Lula durante su acantonamiento en el gremio de los metalúrgicos.(ANSA).