Por Maximiliano Abad*
A pocas horas de terminada la elección del domingo me enteré de que nuestro admirado Victorio Osvaldo Bisciotti falleció en Lobería, su pueblo natal a los 85 años. Muchas cosas se me vinieron a la cabeza, un hombre íntegro que fue de extrema confianza de Raúl Alfonsín, que fundó junto a él Renovación y Cambio, se fue luego de una celebración democrática, en la madrugada del lunes.
Victorio, “el fogonero”, fue un radical de pura cepa, un alma democrática y un espejo para todas las generaciones que vinimos después. Integrante del directorio del Banco Nación y uno de los precursores del crecimiento de Puerto Quequén, fue senador provincial en los 70 y diputado nacional, desempeñando la vicepresidencia del bloque en Diputados, durante el gobierno radical en la recuperación democrática.
Al enterarme de la muerte de Victorio pensé en que fue Secretario general de la UCR bonaerense, cargo que tengo el orgullo de ocupar en la actualidad. Eso me hizo pensar en los ejemplos, en que en un partido como la UCR los miles de jóvenes que aportan energía y pasión por lo que hacen todos los días tienen siempre un espejo donde mirarse y proyectarse. Ese espero es la experiencia y la honorabilidad de personas como Victorio.
Seguiremos trabajando por nuestro partido, por su renovación y cambio, como junto a Alfonsín imaginó e hizo realidad Bisciotti. Ahora es nuestro tiempo, el hacer futuro depende de nosotros. Pero no olvidemos jamás a quienes dedicaron su vida para que nosotros podamos estar hoy acá. Se los digo a todos los dirigentes de mi generación y a los más jóvenes. Tengamos siempre presente que somos herederos de un legado, y aprendamos de él.
Chau Victorio, y gracias por todo.
*Diputado Provincial Cambiemos