Por Miguel Abálsamo
Eduardo Otero nuestro embajador en la natación internacional, recién llegado de Beijing 2008, fue claro y contundente. Puso el dedo en la llaga reclamando apoyo para el deporte argentino. Desde la nación, la provincia y el municipio que conduce el alcalde Molina.
El encuentro con la prensa brindado por el nadador necochense y representante olímpico, Eduardo Otero, no tuvo los ribetes convencionales, llenos de protocolos y palabras guardadas, algún abrazo y varios agradecimientos. Nada de eso. Otero llegó con cirugía sin anestesia al corazón mismo del reclamo, gritando un pedido de auxilio para todo el deporte .
A su lado estaban dos dirigentes locales que lo apoyan de hace años, en silencio, con perfiles bajos, casi sin estridencias, el doctor Gastón Guarracino y Gerónimo Venegas.
Otero habló sobre la falta de apoyo del gobierno nacional y provincial ( ¿que es de la vida del doctor Carlos Bilardo…) incluyendo nuestro ausente municipio necochense.
En realidad nuestro alcalde es parejo, existe una marcada horizontalidad, poca atención a todos.
En el área de salud, por ejemplo, hace algunas horas una paciente de Juan N. Fernández tuvo que esperar cincuenta minutos sobre una ambulancia para ser trasladada al Hospital de Necochea. No arrancaba, parecía no tener nafta, la empujaron varias veces, en fin, una vergüenza, una más de tantas que podemos enumerar día a día.
El alcalde no atiende a propios, como a sus delegados, que se va a ocupar de extraños.
Los gobiernos deberían entender que el deporte es esencial, y uno de los fenómenos más importantes de la sociedad mundial.
El deporte es educación, y la educación es deporte. Es la mente sana en cuerpo sano, una autentica escuela de vida.
En el país tuvo sus picos más altos en la década peronista del 46 al 55, donde el presidente Juan D. Perón cimentaba bases para insertar la comunidad deportiva nacional en el contexto mundial, inaugurando una etapa de política deportiva, de la que habíamos carecido.
Se construyeron en ese entonces el autódromo «Oscar Alfredo Gálvez», el Velódromo Municipal, Circuito KDT, Centro Recreativo Ezeiza, cientos de centros de Educación Física y Complejos de Chapadmalal y Embalse, además de aportes de terrenos fiscales donde se levantaron numerosos clubes barriales y centros deportivos en todo el país.
En diez años se puso acento en el deporte profesional y más aún en el amateur, realizándose los Juegos Panamericanos por primera vez en el país, el Campeonato Mundial de Básquetbol en el 50,participación en la Fórmula Uno Internacional, Juan Manuel Fangio, Froilan González, Benedicto Campos, etc..y en el 48 en los Juegos Olímpicos de Londres obtuvimos tres medallas de oro, Pascual Pérez y Rafael Iglesias en boxeo y Delfo Cabrera en maratón. Noemí Simonetto medalla de plata en atletismo, entre otras de bronce. El deporte argentino comenzaba a ingresar en la historia grande. Fruto de ese trabajo consciente y firme de años atrás.
Fangio se coronaría tres veces campeón mundial de FI Internacional,51,54,55…en el 52 en los Juegos Olímpicos de Helsinki obtuvimos la medalla de oro en remo doble integrado por Capozzo-Guerrero, plata en boxeo con Pacenza y en atletismo Reinaldo Gorno, dos medallas de bronce, Herrera en boxeo y Selvetti en pesas.
Pascual Pérez fue campeón del mundo de boxeo y Dante Emiliozzi ganaba las mil millas en automovilismo.
Se impulsó el deporte social mediante los Juegos Deportivos Evita, junto a la revolución sanitaria a cargo del doctor Ramón Carrillo.
Una simple síntesis para enmarcar una historia donde en una década el deporte tuvo un sello vital, no sólo por conseguir títulos o medallas sino dirigido a los jóvenes, motivándolos al cuidado físico.
Sin embargo, y salvo por interregnos, los años siguientes, llegando a este presente, por diferentes circunstancias anormales que vivió el país, el deporte no ha estado en la agenda prioritaria de nuestros gobernantes.
Recuerdo cuando en los noventa la atleta local Ana María Comaschi no fue inscripta para participar de los Juegos Olímpicos, mientras enviábamos cantidad de dirigentes, que solían ir a pasear con viáticos pagos y noches de alegrías.
Volviendo al presente, Eduardo Otero, sin bien no agregó nada nuevo a lo que sabemos, el hecho de sentirlo de una voz importante como la de él, tiene marcada significación.
Otero hubiera dejado de competir si en su camino no encuentra a un dirigente como Gerónimo Venegas, el como tantos, muchos anónimos que nunca sabremos las circunstancias ni sus nombres.
¿Dónde está el gobierno que se dice peronista ,en el apoyo a nuestro deporte, especialmente amateur..?
¿Dónde la provincia de Buenos Aires, que tiene un gobernador deportista y al doctor Carlos Bilardo como titular de deportes bonaerenses?
Parece que todos ausentes y sin aviso.
¿Y por casa cómo andamos…?
Nuestro municipio tiene en Horacio Tellechea un buen dirigente deportivo, pero no alcanza. Hace lo que puede con muchas ganas y creatividad, dentro de la debilidad de un equipo de gobierno sin gran vuelo, Horacio Tellechea logra uno de los mejores reconocimientos de la sociedad.
Está cansado, exhausto, y según versiones que manejamos de horas atrás podría presentar su renuncia al cargo en noviembre luego de la realización del partido más largo del mundo.
Estaría hastiado del desinterés del intendente por su área de deporte, y la carencia de recursos económicos para solventar su gestión. Su futuro podría ser integrarse al equipo deportivo de la provincia de Buenos Aires. Por ahora son trascendidos, que sin embargo siguen cobrando fuerza.
El gran ausente es el intendente Molina.
Tal vez no entiende el deporte, no lo siente, no lo vive. El gran ausente, siempre esta presente.
Consiguió el Polideportivo Municipal gracias a las gestiones de Gerónimo Venegas, y con total falta de falta de ética ni lo invitó a su inauguración.
Coloca obstáculo para la construcción del Polideportivo frente a la Terminal, lugar que hoy tiene un brillante espacio verde donde los animalitos hacen sus necesidades, alguna pareja lo utiliza de villa cariño, las ratas son felices en libertad y haciendo alusión al deporte que practica Eduardo Otero, el intendente en política deportiva… nada… nada…y nada….
Deberíamos avanzar en un gran consenso estatal -privado en apoyo al deporte local, con objetivos de robustecer el deporte semiprofesional y amateurs, contar con un fondo para viajes de nuestros deportistas, y un predicamento especial para nuestros deportistas de elite, caso Eduardo Otero, por ejemplo, donde el municipio no brinda nada, y ni siquiera le agradece su participación o lo recibe en el municipio.
Eduardo Otero empleo las palabras justas. Su voz debe ser escuchada, en la Nación, en la provincia y en su aldea.
No se si peco de ingenuo, espero una reacción de nuestro alcalde.
No es persona de disculparse ni de autocrítica, pero al menos un acto de reconocimiento a nuestro brillante nadador.
¿Es demasiado pedirle a nuestro señor intendente..?
Mientras tanto la intendencia en materia de deportes sigue tirando la pelota afuera, perdiendo por nocaut ante los acontecimientos y teniendo el aro como inalcanzable.
Se ha conjugado una buena dirección de deportes con una francamente inexistente e inoperante política deportiva por parte del autentico responsable de marcar las políticas generales, el alcalde de nuestra gran aldea.
Que sigue invisible a las realizaciones, ausente ante los compromisos, indolente en su accionar.