Primeras horas de la tarde de terror y muerte en la plácida Estocolmo, cuando un camión que transportaba cervezas arremetió contra la multitud en una zona comercial peatonal causando al menos cuatro muertos.
La terrorífica escena volvió a repetirse como en Niza, Berlín y Londres, donde vehículos fueron usados como armas letales contra la gente, en esos casos actos radicales reivindicados por el fundamentalismo islamista.
«Suecia fue atacada», afirmó hoy el premier de ese país, Stefan Lofven, y «todo apunta a un atentado», añadió poco después de que el camión arrasara cargado de cervezas la emprendiera contra transeúntes en una zona comercial.
Lofven, que en el momento del atentado viajaba a la segunda ciudad del país, Goteborg, dio vuelta para volver a la capital. Al menos cuatro personas murieron este viernes, aunque algunos medios hablan de cinco fallecidos.
Inicialmente el agresor huyó, según el relato de testigo, lo que desató una tenaz búsqueda. Otra «caza del hombre» como ya se vivió en otras ciudades europeas en los últimos meses. Lofven, dijo que todo indicaba que el incidente fue un acto terrorista, de acuerdo a agencia nacional de noticias TT.
Un área del centro de Estocolmo fue acordonada y un gran número de efectivos policiales y de servicios de emergencia estaban en la escena del ataque en el anochecer sueco.
La zona fue evacuada, mientras que la red de transporte subterráneo de la ciudad fue suspendida.
«Vi al menos tres muertos, pero probablemente son más», dijo un reportero de una radio sueca, Martin Svenningsen.
De momento, la policía confirmó la cifra de cuatro fallecidos y ocho heridos. La prensa también habló de «un tiroteo en una zona cercana al ataque», pero no hay precisiones oficiales al respecto.
Sí se informó al final del día que «un hombre fue apresado en relación al atentado». Los periódicos y las cadenas de Tv revelaron que el detenido reivindicó el ataque. Pero la policía aclaró que el detenido no era quien manejaba el camión. El conductor homicida seguía prófugo.
Los bomberos debieron trabajar para extinguir el fuego causado por el impacto del remolque contra una tienda y el humo espeso del incendio probablemente permitió que el agresor se diera a la fuga.
Las autoridades han interrogado al propietario del vehículo que se dedicaba a la entrega de la cerveza Spendrups. El conductor del vehículo se había detenido esta mañana frente a un restaurante y un hombre saltó al camión y se lo llevó.
Un simple robo, se pensó originariamente y no hubo un alerta especial. La decisión fue fatal.
El asesino atacó con el vehículo cuando pasó por la intersección de una arteria principal (la Klarabergsgatan) y las calles peatonales más transitadas de la capital, la avenida Drottninggatan.
Entonces todo fue terror, desesperación y sangre. Con gente herida desparramada por la arterias y muchos en medio de un justificado ataque de nervios.
La policía evacuó la estación de trenes, también las de subterráneos cercanas, se cerraron los dos centros comerciales más grandes de la capital, la policía rodeó y aislados prácticamente todo el centro de la ciudad, instando a la gente a no tratar de moverse, ni a pie ni en auto.
Después de varias horas, la información sigue siendo confusa.
En los medios de comunicación, apareció la fotografía de un hombre que llevaba una chaqueta verde y una sudadera con capucha gris y zapatillas de deporte. Muchos lo señalaron como el atacante.
El respaldo a Suecia llegó de todos lados, mientras Finlandia y Noruega decretaron el estado de alerta y Dinamarca estableció puestos de control a lo largo de los 16 kilómetros del puente de Oresund, que conecta con Suecia.
En el último año han ocurrido varios ataques en Europa en los que camiones o autos fueron lanzados contra multitudes. En 2010, Al Qaeda instó a sus seguidores a utilizar vehículos como un arma.
El 22 de marzo, un hombre dirigió su auto hacia los transeúntes en Westminster Bridge, en Londres, y mató a cuatro personas. Después, el sujeto mató a puñaladas a un policía antes de ser abatido a tiros por las fuerzas de seguridad.
Algo parecido sucedió en Niza el 14 de julio del año pasado, episodio que se repitió después en una calle comercial de Berlín. (ANSA)