En vísperas de dejar su cargo, el presidente Barack Obama envió un correo al Congreso, dirigido a sus opositores republicanos, para denunciar su oposición al cierre de la prisión de Guantánamo, un hecho que consideró «contrario a los valores» de Estados Unidos.
«No hay simplemente ninguna justificación, más allá de la política, para la insistencia del Congreso en dejar abierto ese centro de detención», indicó el mandatario estadounidense en ese correo divulgado públicamente por la Casa Blanca.
En la víspera de dejar la Casa Blanca a su sucesor, Donald Trump, Obama llamó al Congreso a «cerrar esa instalación y permitir que los hombres y mujeres en uniforme que sirven en Guantánamo vuelvan a asumir los desafíos del siglo XXI».
Ese centro de detención «nunca debió haber sido abierto, para empezar».
En la visión del saliente mandatario estadounidense, la existencia de ese centro de detención -en el interior de una base militar en territorio cubano- es «contraria a nuestros valores, mina nuestra presencia en el mundo, y ya ha pasado el momento de cerrar ese capítulo».
La carta está dirigida a los presidentes de las dos cámaras del Congreso (controladas por el opositor partido Republicano) y en ella Obama afirma que los legisladores contrarios al cierre del centro de detención «abdicaron de su responsabilidad para los estadounidenses».
«Pusieron la política por encima de los costos a los contribuyentes, las relaciones con nuestros aliados y la amenaza que representa dejar abierta una instalación que los gobiernos de todo el mundo condenan», manifestó Obama.
De acuerdo con el presidente, en la actualidad el centro alberga 41 prisioneros, pero señaló que las restricciones impuestas por el Congreso a su eventual trasferencia a cárceles en territorio estadounidense «no tienen sentido».
Poco después de llegar a la Casa Blanca, Obama se había comprometido con el cierre del centro de detención, abierto en 2002 para mantener detenidos a «combatientes extranjeros» capturados por el ejército estadounidense en diversos países y tenerlos indefinidamente sin someterlos juicio.
El centro (dividido en cuatro Campamentos denominados «Delta», «Echo», «X-Ray» y «7») llegó a albergar a unos 800 prisioneros, siendo que unos 17 de ellos eran menores de 18 años al momento de sus detenciones.