En el marco de una serie de reformas que apuntan a que los municipios puedan contar con mayores recursos y que se termine autorizando un endeudamiento menor al solicitado por el Ejecutivo, se planteó que se cobre entrada a las salas de bingo para que los fondos que se generen se repartan por mitades entre las comunas y la Provincia.
El Frente Renovador optó por dejar de lado la alternativa de aumentar la alícuota de Ingresos Brutos que pagan los bingueros como venían planteando algunos de sus legisladores, para propiciar que se cobre un arancel de ingreso de 20 pesos a las casa de juego.
La idea es que esos recursos se distribuyan por mitades iguales entre los municipios donde funcionan los bingos y el gobierno bonaerense, para “la lucha contra la ludopatía”.
La diferencia central es que la imposición recaerá sobre los apostadores, no sobre los bingueros. “Seguramente los dueños de los bingos van a devolver el importe a los clientes”, decían en el massismo.
Además, el massismo promueve la descentralización total del impuesto a las Embarcaciones Deportivas que será administrado por los municipios, que se quedarán con el 50% de lo recaudado.
También se busca que las comunas administren el impuesto a los Ingresos Brutos para el caso de los contribuyentes que facturen hasta 900 mil pesos. Actualmente el tope es de 450 mil.
Finalmente, buscan que los municipios administren el impuesto Automotor de los modelos 2009 hacia atrás. De 2010 a 2017, quedarán para la Provincia.
Varios legisladores massistas adelantaron esta propuesta al ministro de Economía, Hernán Lacunza, con quien se reunieron el lunes por la noche. “Es probable que no nos den todo, pero van a tener que ceder”, estimaban en el Frente Renovador.