Al igual que aquellos comerciantes que utilizan “publicidad engañosa” para exaltar cualidades de un producto que no las tiene, la administración macrista “acomodó” los números y datos de la reciente adjudicación de generación eléctrica para mostrarse más “eficiente y cuidadosa” de los recursos públicos que el anterior gobierno kirchnerista.
Tal como solían hacer con frecuencia los encargados del “relato K”, los funcionarios del área de Energía usaron la artimaña de comparar cosas que no son equivalentes para poner sobre el tapete la obtención de una supuesta mejora con respecto a la situación heredada.
Al dar a conocer los resultados de la licitación efectuada para ampliar la oferta de generación eléctrica con nuevas centrales térmicas de pequeño y mediano porte, el ministerio de Energía de Juan José Aranguren resaltó con bombos y platillos que “el precio promedio unitario de las usinas fue de 21.833 U$S/MW-mes, un 32% inferior a los 32.000 U$S/MW-mes” que había arrojado la contratación de la anterior administración.