Una columna de alrededor de 50 trabajadores del Estado; le llevó al gobernador bonaerense, Daniel Scioli –en persona- un reclamo sobre la situación en particular de una dependencia pública, en una marcha que, casi por extensión de lo que ocurrió en el interior con los productores agropecuarios; amago convertirse en otro escrache como el que sufrió en Olavarría. Aunque finalmente no fue así.
Hubo, sí; un diálogo ‘mano a mano’; entre el mandatario provincial y el dirigente sindical de ATE, Carlos Leavi, cuando el primero ingresaba a participar del acto en el que la Provincia homenajeó a Ernesto Sábato, poniéndole su nombre a la Biblioteca Central bonaerense.
En ese marco, los manifestantes interceptaron al gobernador para reprocharle que “tenemos muchos lugares en el Estado provincial con trabajadores precarizados, que están en negro: un ejemplo, son los compañeros del registro de las personas”.
“Sabemos que Ud. puede llegar a resolver esa situación; como la del IPS donde pretendemos rejerarquíazar la planta de personal; sumar nuevos cargos y, sobre todo, seguir funcionando como un sistema público de reparto, que es solidario y tiene movilidad”; le reclamó el sindicalista al mandatario minutos antes de ingresar al acto.
Particularizada; la demanda apuntó a la situación del IPS; donde existe una planta de 600 empleados públicos y al que los trabajadores catalogan como una repartición eficaz, sobre una sencilla ecuación numérica: 600 trabajadores; atienden un universo total de 920 mil personas (220 mil jubilados y pensionados y cerca de 700 mil aportantes activos de la administración pública provincial y municipal).
Aunque sin incidentes y lejos de las prácticas violentas que caracterizaron los escarches registrados en Olavarría el martes pasado –pese a que se temió esa posibilidad y hasta se especuló con el faltazo de Daniel Scioli para evitarlos- la movilización inauguró un mecanismo de reclamo, que podría extenderse al resto de las reparticiones públicas del estado provincial: ir a buscar al gobernador a los actos públicos para entregar, en mano, sus propios reclamos.