Las provincias productoras de hidrocarburos y los gremios del sector aseguran que el gobierno nacional y las empresas petroleras acordaron una baja del Impuesto a la Transferencia de Combustibles y una reducción de un 5 por ciento en el precio de venta al público de la nafta. Esta cifra se desprendería de una rebaja de 7 dólares en la cotización del barril de crudo que se le vende a las refinerías.

Según fuentes presentes en la reunión, la intención de la medida sería «evitar el impacto negativo de la crisis petrolera internacional como ocurrió otras veces», con foco en el mantenimiento de «la actividad, las inversiones y el empleo». Funcionarios de la cartera económica mantuvieron todo el día de reuniones con las empresas y representantes de las provincias involucradas para lograr un acuerdo entre todas las partes en línea con el objetivo oficial de trasladar parte de la baja internacional al bolsillo de los consumidores.

Desde un principio la idea del gobierno contaba con el apoyo de las refinerías, que en la actualidad seguían pagando el barril a unos 80 dólares y no pueden beneficiarse con el precio internacional que ronda los 55 dólares. En tanto, la resistencia aparecía por el lado de las provincias y la petrolera, ya que ambos deberían resignar ingresos fundamentales para llevar adelante sus planes de inversión.

El documento con el que se oficalizaría el acuerdo estaría rubricado por el presidente de YPF, Miguel Galuccio y representantes de Pan American Energy; los gobernadores de Neuquén, Chubut y Jujuy en nombre de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI); el viceministro de Planificación Federal, Roberto Baratta, y la secretaria de Energía, Mariana Matranga; y los secretarios generales de Petroleros Convencionales, Jorge Ávila, y Jerárquicos, José Lludgar, y sus pares de las provincias de Santa Cruz, Neuquén, Mendoza y Río Negro.