Si se plantea dejar al menos uno de estos dos consumos de riesgo, le damos razones para inclinar la balanza.
No es fácil discernir cuál de los vicios más extendidos, fumar tabaco y beber alcohol, resulta menos maligno para el organismo, pues siempre dependerá de su nivel de consumo. Pero es posible dibujar un escenario general.
Según el último informe redactado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre «la epidemia mundial del tabaquismo», dos tercios de la población del planeta estuvo expuesta, en 2013, a los riesgos asociados al consumo del tabaco, que es responsable directo del fallecimiento de 6 millones de personas en todo el globo. En España, el 26 % de la población admite consumir tabaco diariamente. La tasa de fumadores se ha reducido en un 25 % en la última década. Sin embargo, los consumidores de alcohol suponen el 76,7 % de la población, según el Observatorio Europeo de las Drogas.
Nuestro país puede presumir de tener la segunda esperanza de vida más alta de la Unión Europea. En el año 2013, alcanzó las 82,84 primaveras; y en solo una década, ha aumentado nada menos que en 3 años. Paradójicamente, es esta una de las naciones del mundo donde más cigarrillos se consumen, según un estudio publicado por la EAE Business School en el año 2012. Compartimos podio con Grecia, Eslovenia, Bulgaria y Japón. ¿La cifra española? 118 cajetillas al año, o 6,46 colillas apagadas al día como media poblacional.
En cuanto al consumo de alcohol, según refiere el mismo estudio, estaríamos en una discreta zona intermedia. El consumo de 108 litros por habitante al año (dos litros de alcohol por semana) no parece, por el momento, excesivamente alarmante. Como arrojan los últimos datos de la Encuesta sobre Alcohol y Drogas 2012, un 30,4 % de los españoles fuma todos los días y un 10,2 bebe alcohol a diario.
¿Nos ha hecho la crisis menos viciosos?
La recesión económica no parece haber afectado a los “malos hábitos”. En España, se siguen consumiendo los 108 litros de alcohol de media al año por habitante, aunque se bebe más barato. El gasto actual se sitúa en 675 euros anuales per cápita. A la cabeza, están los irlandeses (1.338 euros). Según el último panel publicado por el Ministerio de Sanidad, que diseccionaba el consumo de alcohol por comunidades autónomas, los vascos son los españoles que más gastan en beber (81 euros mensuales de media). Les siguen los gallegos y catalanes (77 euros), los madrileños (74 euros) y los baleares (73 euros). El consumo más moderado se encuentra en Extremadura (40 euros mensuales destinados a alcohol).
¿Hemos dicho «moderado»?
Según el doctor Antoni Gual, especialista en adicciones y psiquiatría y miembro de Top Doctors, es más correcto usar el término “consumo de bajo riesgo”. Para calcular este dato, resulta útil tirar del concepto «unidad de bebida estándar» (UBE), que en España se ha establecido en 10 gramos de alcohol por unidad. “Una copa de vino o una cerveza contienen una UBE (10 gramos), mientras que un combinado o una copa de brandy u otros destilados contienen 2 UBE (20 gramos de alcohol)”, detalla el especialista. Las autoridades sanitarias aconsejan no consumir nunca más de 5 UBE por ocasión de consumo, y no superar el límite de 28 UBE a la semana en el caso de los hombres, y 18 UBE en el mismo periodo para las mujeres.
Con el tabaco el riesgo cero no existe, ni tampoco una cantidad recomendada de consumo. ¿Pero es totalmente inocua una ingesta de alcohol equilibrada? “Si bien con relación a los problemas cardiovasculares, cantidades pequeñas de alcohol no son perjudiciales, esas mismas cantidades sí tienen un impacto al incrementar el riesgo de padecer diversos cánceres”, alerta el especialista.
¿Qué engancha más?
El tabaco, por la nicotina, que tiene una gran capacidad adictiva y hace muy difícil que el usuario no quede atrapado. De hecho, como señala el doctor, “es mucho más fácil ver bebedores ocasionales o muy moderados que encontrarse con fumadores de características similares”. Este compuesto orgánico es la segunda droga común más adictiva, solo por detrás de la heroína, pero por delante de otras como el cannabis o la cocaína.
Otros daños colaterales
Si nos referimos a un consumo diario y partimos de un baremo supuesto (media cajetilla en el caso de los fumadores y tres unidades de alcohol por jornada en el de los bebedores), cada sustancia está especializa en dañar distintos órganos o funciones. Como señala el doctor Gual, todo consumo de riesgo tiene sus consecuencias. “El alcohol está relacionado con más de 200 enfermedades, y afecta muy especialmente a cerebro e hígado. El tabaco es la primera causa de mortalidad en el mundo occidental y afecta sobre todo el sistema vascular y cardiorrespiratorio. Tanto el tabaco como el alcohol son potentes agentes carcinogénicos y su consumo aumenta el riesgo de padecer diversos tipos de cánceres”, sentencia el especialista.
No hay diferencias significativas entre fumar negro o rubio, lo que sí hay que tener en cuenta es lo siguiente: “La ausencia de filtro o el uso de filtros poco eficaces hacen que el tabaco de liar sea mucho más tóxico”, dice el especialista.
Respondiendo a su pregunta…
El tabaco tiene los tentáculos más largos. Una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington relaciona, incluso, tabaquismo y suicidios. La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), por su parte, recordaba recientemente que el tabaco se asocia hasta con el 40 % de los casos de cáncer que se producen, y participa como agente activo en once tipos diferentes de tumores (pulmón, cavidad oral, faringe, laringe, esófago, estómago, cuello de útero, vejiga, riñón, páncreas y próstata).
El Alzheimer también se empieza a relacionar directamente con la nicotina, como ya ha publicado Journal of Alzheimer Disease, haciendo referencia a estudios de la Universidad de California.
Entonces, ¿el alcohol es bueno?
La existencia de alcoholes saludables es un falso mito al que se agarran todos los que sospechan que sus niveles de consumo empiezan a ser preocupantes. El doctor Gual lo explica muy bien: “La toxicidad de las bebidas alcohólicas se debe al alcohol y, por tanto, no hay bebidas alcohólicas saludables. Las más tóxicas son aquellas con mayor graduación, pero la toxicidad en el individuo viene determinada por la cantidad de alcohol total consumida”.
Discriminación femenina
“Las mujeres son más vulnerables al alcohol porque su organismo metaboliza con menor eficacia las bebidas alcohólicas y por ello tienen alcoholemias más altas, aun consumiendo la misma cantidad que un hombre de peso similar. Es por ello por lo que se recomienda que las cantidades bebidas por las féminas sean menores que por los varones”, recomienda el especialista.
Conclusiones, por favor
Estamos ante peligros distintos con un denominador común: las dos sustancias son tóxicas y adictivas. Además, ambas van a la baja (especialmente, el tabaco). Aunque el humo del cigarro siempre será peor. Se puede beber con moderación (o bajo riesgo) sin caer en el alcoholismo, pero es harto complicado fumar de forma ocasional sin ser atrapado por tabaquismo. Así que, no lo dude, pida un tinto de verano. A quién importa que sea otoño. EL PAÍS