Por Horacio Castelli
El distrito vive situaciones que son necesarias encarar como políticas de estado, dejando de lado las peleas políticas y el tema de los puentes que conectan Necochea con el noreste de la provincia es un tema crucial.
El Puente “Domingo Taraborelli”, habilitado para tránsito pesado luego de las dos últimas inundaciones ha quedado deteriorado en uno de los terraplenes, que aunque no configura un peligro inmediato si no se toman medidas rápidamente provocará inversiones millonarias para repararlo de urgencia en el futuro.
El Puente Colgante tuvo una reparación que duró más tiempo del aconsejado y aún está sin culminar los trabajos finales como es la iluminación, los guard rail y retoques finales a la pintura.
Por su parte el Puente “Dardo Rocha” pasó de ser un puente de emergencia hasta la reparación del Puente “Ezcurra” en permanente y ya desde hace años se pueden ver las planchuelas de acero sin cobertura del asfalto correspondiente lo que provoca que en días de lluvia, granizo, escarcha o granizo se hayan producido choques múltiples.
Recordemos que este puente fue facilitado por el ejército luego de las inundaciones de 1980 provisoriamente y quedó en forma definitiva ante la inacción de las autoridades locales, provinciales y nacionales.
No son temas menores, más teniendo en cuenta las graves consecuencias que trae el cierre de cada puente.
Cuando se derrumbó el Ezcurra, murió económicamente un sector importante de Quequén y la crisis que vivieron los comerciantes que circundan el Puente Colgante son muestras claras que cuando hablamos de políticas de estado no estamos hablando en vano.