El filósofo italiano somete los conceptos políticos de la modernidad a una reconstrucción intensa. Por ello, “Categorías de lo impolítico” se compara a los análisis emprendidos por Martin Heidegger o Friederich Nietzsche.
En «Categorías de lo impolítico», el filósofo italiano Roberto Espósito somete los conceptos políticos de la modernidad a una deconstrucción intensa, comparable a la que emprendió Martin Heidegger con las categorías de la tradición filosófica o Friedrich Nietzsche con las ideas morales.
Desde hace algunos años, la filosofía italiana ocupa un sitio privilegiado en los debates contemporáneos, un rol que se puede atribuir sin duda a la fecundidad de sus pensadores políticos: en esa en esa línea se inscribe la obra de Espósito, que retoma una característica dominante de su tradición de pensamiento.
El autor de la trilogía «Bios», «Communitas» e «Inmunitas» adopta la tesis de que las categorías políticas modernas (soberanía, poder o libertad, entre otras) han entrado en una zona de insignificancia o, mejor aún, de contradicción consigo mismas, para lo cual es necesario tener una mirada diferente -precisamente impolítica, aunque no apolítica ni antipolítica-, capaz no de reactivarlas, sino de llevarlas a su agotamiento definitivo.
Espósito sostiene que el léxico tradicional de la política occidental ya no es apropiado para definir los hechos y las cosas de la realidad: las palabras, los conceptos, las categorías con las cuales, hasta ahora, fue pensada esa fundamental actividad humana dejan en los márgenes un lado «impensado» e «inexpresable».
Para el filósofo, ese obstáculo proviene de una dificultad que inviste la categoría misma de «representación», tanto en el sentido (teológico-político) de la representación-imagen del Bien por el poder, como en el sentido (moderno) de la representación-delegación de la mayoría por una instancia soberana única.
De este modo, la perspectiva «impolítica» no es una actitud apolítica ni impolítica, sino antes bien la política considerada desde su frontera exterior, su determinación, en el sentido de que define los «términos»: las palabras y los límites.
Espósito considera que «impolítico» es precisamente el espacio que marca la imposibilidad del pensamiento de adherirse completamente a la realidad de la política, imposibilidad radicalmente debida al hecho de que el caos no está sólo en la realidad de la ’polis’ sino en el hombre mismo.
El programa filosófico del ensayista italiano se define por las nociones de «comunidad», entendida como lo que nos obliga, nos une en la deuda, y la de «inmunidad», intento de autoconservación que domina a la sociedad actual.
Comunidad, inmunidad y vida aparecen como los tres grandes temas que nuestra actualidad política plantea a la filosofía: para afrontarlo, Espósito se nutre, con una lectura innovadora y un análisis perspicaz, de los autores fundamentales de la filosofía política occidental, de Platón a Foucault, pasando, entre otros, por Maquiavelo, Hobbes y Nietzsche.
Nacido en Nápoles (Italia) en 1955, Espósito es profesor de historia de las doctrinas políticas en el Istituto Italiano di Scienze Umane, en Nápoles y Florencia. Es codirector de la revista Filosofia Politica y fue cofundador del Centro para la Investigación sobre el Léxico Político Europeo, con sede en Bolonia.
Los trabajos actuales del filósofo, que recientemente visitó la Argentina, han tomado una doble dirección: por una parte, la reflexión sobre el tema del origen de la política; por otro, la redefinición conceptual de la idea de comunidad.
«La filosofía contemporánea está en una especie de giro; es lo que Gilles Deleuze llamaría un pliegue, en el sentido de que se acabó un determinado modo de practicar la filosofía que es autorreferencial. Su fuerza y su sentido está en su capacidad de salir de sí misma, de dirigirse a la exterioridad, es decir cruzarse con la vida contemporánea, con sus experiencias, con sus lenguajes y con sus prácticas», señala Espósito.