Por Alumnos de la escuela Argentina Modelo de 3° año de secundaria*
El Bullying es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre alumnos en forma reiterada, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares.
Algunos alumnos son capaces de molestar a otros con tal de llamar la atención, reírse de ellos o buscar reconocimiento.
Si bien el estado toma algunas medidas educativas con respecto al Bullying y la discriminación, estas prácticas se siguen desarrollando.
El objetivo del abusador en el Bullying es intimidar, apocar, reducir, someter, aplanar, amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente, a la víctima, con vistas a obtener algún resultado favorable o satisfacer una necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás .
Un ejemplo claro de estas prácticas es el caso de Javier Romero “Pan triste”. La masacre de la escuela Malvinas Argentinas que tiene como trágico símil al del joven de 19 años que, harto de que sus compañeros lo llamaran “Pantriste”, disparó sobre dos de ellos y provocó la muerte de uno.
Según la información de internet y la nota a la directora Gabriela Yanina Lacedra del jardín Barquito de Papel el niño que desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros, busca obtener el reconocimiento y la atención de los demás y suele estar rodeado muy rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de manera unánime al comportamiento de hostigamiento contra la víctima tomando como referencia el cuestionamiento ¿Por qué lo vamos a dejar de molestar si todos los demás lo hacen?. En contrapartida otros compañeros dicen que no se involucran a estas prácticas, sin embargo, puede que lo estén haciendo.
La carencia de empatía en el agresor o grupo de agresores, explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado siendo insensible al sufrimiento de este sin reflejar ningún tipo de remordimiento respecto de su conducta y delega su responsabilidad culpando a la víctima, quien le habría molestado o desafiado previamente, para justificar su acción.
La psicología actual, identifica en los acosadores escolares la existencia probable de una educación familiar permisiva que les puede haber llevado a no interiorizar suficientemente bien el principio de realidad: donde los derechos de uno deben armonizarse con los de los demás. La consecuencia es la dificultad para ponerse en el lugar del otro por una carencia de generosidad vinculada a un ego que crece a costa de los demás.
El niño mal educado en la familia probablemente reproducirá en la escuela los hábitos adquiridos. Ni respetará, ni empatizará con los profesores, ni con sus compañeros. Sus frustraciones quizá le lleven a elegir una víctima, que a menudo será aquel compañero que le haga patentes sus limitaciones y carencias, o que, simplemente, le parezca vulnerable.
Ello es debido a la falta de una autoridad exterior (por ejemplo, un profesor, un familiar, etc.) que imponga límites a este tipo de conductas.
Debemos prestar mucha atención ya que la mayoría de las personas o jóvenes pueden estar ligadas a esta práctica, ya sea de forma directa o indirectamente.
Todas las personas tienen características que los diferencian a unos de otros y deben ser respetadas y valoradas; por el solo hecho de ser humanos, nadie puede agraviarlas, dañarlas u ofenderlas.
Los derechos humanos son el fundamento para el funcionamiento de una sociedad, son inherentes; poseen reconocimiento universal; son inalienables; se dice que son inescindibles, implica el trato equitativo y justo hacia las personas.
Pensamos en esta publicación como fundamental para informar y concientizar a la comunidad sobre este flagelo que nos invade, solicitar a nuestros padres que cumplan con sus responsabilidades y nos eduquen dándonos las herramientas necesarias para no dañarnos entre nosotros reconociendo la importancia de los límites y el respeto.
Queremos solicitar a las autoridades responsables de nosotros que nos ayuden habilitando canales de comunicación auténticos en las instituciones que nos brinden confianza y que haya más capacitación de todo el personal que se encuentre cerca nuestro para la detección de estas situaciones a tiempo.
Y a toda la comunidad exigimos que se interioricen de nuestros problemas y antes de juzgar nuestras conductas se responsabilicen por nuestra educación.
*Marcos Veron – Juan Bautista Romano Oliva
yo pienso lo mismo