Por Miguel Abálsamo
Patético fue observar a funcionarios ¨molinistas¨
cerrando las puertas del municipio cuando observaban
avanzar a trabajadores. el intendente fue el gran
responsable de las gomas quemadas. Parece que
existe un gran temor a dialogar con los trabajadores.
El estado ¨molinista¨ parece entrar en pánico cuando sufre legítimos reclamos de trabajadores. Les cambia la cara, palidecen, no saben como actuar. No hay nada más patético que el ¨molinismo¨ asustado. Ya lo han experimentado en varias ocasiones.
Un hombre con temor puede terminar en cualquier lugar y con diferentes reacciones, algunas imprevisibles.
El intendente debería entender que los trabajadores, esos señores que no andan con demasiadas vueltas a la hora del reclamo, aquellos que visten y viven como trabajadores , se movilizan por sus puestos laborales, porque cada decisión política les afecta la calidad de vida de sus hogares y con eso no se juega, estarán siempre ahí, reclamándole. Y esta bien.
Cuando los trabajadores del Matadero local avanzaban con sus reclamos, acompañados de dirigentes gremiales que estaban en el lugar indicado en el momento justo, la administración ingresó en pánico, con cara de films donde el avión tiene desperfecto y la tripulación empieza a desesperar.
No deberían reaccionar así.
Tienen que sentarse a dialogar, cada uno con sus convicciones, sin soberbias, estas son las reglas de juego de la democracia. No pueden atrincherarse en
No deben asustarse, los trabajadores podrán protestar, gritar, y hasta quemar algún neumático, pero no hacen las cosas que muchas veces realizan los dirigentes políticos cuando tienen poder. Simplemente cuidan sus puestos de trabajo, no aspiran a cuatro por cuatro, casas VIP y cuentas bancarias. No es un aluvión zoológico de ideas extremas, son seres humanos como todos, como ustedes, como los vecinos. No son raras avis salidas del más allá para afectarle
Todo se hubiese solucionado si el secretario de gobierno, Mario Diez, al que no vimos en esta manifestación con la fuerza temperamental de la noche en el Comité ¨Emiliano Abasolo¨ cuando rodeado de los suyos insultaba al doctor Gastón Guarracino, cuando éste había ido a felicitarlos por la exigua victoria en la intendencia lograda en la elección del pasado 28 de octubre.
No habría que exagerar los extremos, ni tan ampuloso quasi barra brava en el Comité, ni tan achicado y diezmado al oír el paso de los trabajadores del Matadero.
Todo se hubiese solucionado si el alcalde hubiese atendido rápidamente a los transpirados laburantes, dejándoles la puerta abierta para que sigan administrando el Matadero, al menos si no pretende un llamado a licitación que esperemos no sea tipo Camping Americano, es decir, con caballo de comisario y en la nebulosa mezcla de cambio de actas y falseamiento ideológico. Terminando en la justicia.
La quema de gomas fue el resultado del mal manejo del intendente, quien con sencillez tendría que haber evitado el mal momento para todos, salvo que anteponga una estrategia personal de pasar por víctima ante el vecino que solucionar en serio un problema.
El movimiento obrero es parte de la comunidad, no una cosa abstracta, conjuga a nuestra sociedad con virtudes y defectos, muchas veces con proyectos no escuchados, por estar escritos en manos callosas y no en carpetas universitarias.
Al menos no pasó de un susto para la administración ¨molinista¨ que acostumbra a terminar las diferencias de la democracia en el camino de la judicialización para dirimir conflictos.
Y por suerte no terminaron llamando a las Fuerzas Armadas, ante tamaña rebelión en la granja.
NO ES RARO EL ACTUAR COMUNAL, SOLO BASTA RECORDAR LAS PROMESAS PRE ELECTORALES, Y CUANTAS SE HAN CAIDO EN TAN POCO TIEMPO. SE TERMINARAN CAYENDO TAMBIEN LAS FINANZAS.
SE CAERAN LOS DERECHOS HUMANOS (EN PARTE YA FUERON). SE CAERA SU AFILIACION RADICAL. SE CAERAN LOS ACUERDOS PARTIDARIOS. Y SEGUIRIAMOS…
SON TODAS INCOGNITAS, PERO MALAS, EN UN NUEVO PERIODO COMUNAL.-