El oficialismo firma el dictamen de Presupuesto en el Senado sin los cambios que exigía la Casa Rosada
La Libertad Avanza no logró reponer el polémico Capítulo XI que fue rechazado en Diputados. Ante la falta de acuerdos, el texto se tratará sin modificaciones el próximo 26 de diciembre, dejando al Gobierno en una encrucijada política y fiscal.
El fracaso de la estrategia oficialista
En una jornada marcada por la tensión política, el gobierno de Javier Milei sufrió un duro golpe legislativo en el Senado. A pesar de las promesas de «corregir» el proyecto proveniente de la Cámara Baja, el bloque de La Libertad Avanza (LLA) se vio obligado a firmar el dictamen del Presupuesto 2025 manteniendo el texto original de Diputados.
Ezequiel Atauche, presidente de la Comisión de Presupuesto, confirmó que cuentan con las 11 firmas necesarias para llevar el proyecto al recinto el viernes 26 de diciembre.
Sin embargo, la noticia central es la derrota táctica: el oficialismo no pudo reponer el Capítulo XI, que incluía puntos sensibles como la derogación de la ley de financiamiento universitario y la emergencia en discapacidad.
Internas y pases de factura
El desenlace del dictamen dejó expuestas las fracturas en el armado político del Gobierno:
- Patricia Bullrich bajo la lupa: Fuentes parlamentarias señalan a la jefa de bloque como la responsable de no haber «tejido» los acuerdos necesarios con los aliados. Se le critica haber intentado forzar los cambios a última hora, una estrategia que los senadores aliados rechazaron de plano.
- Contradicciones en el Ejecutivo: Mientras el ministro del Interior, Diego Santilli, aseguraba por la mañana que trabajarían para corregir el articulado y evitar un «desequilibrio fiscal», la realidad en la comisión fue otra.
- La ausencia de Adorni: Crecen los cuestionamientos hacia el Jefe de Gabinete, Manuel Adorni, por su escasa participación en las negociaciones directas, delegando el peso político en Santilli y los Menem.
«Este presupuesto así no nos sirve»: Desde la Casa Rosada dejaron trascender su furia, sugiriendo que el texto actual «busca forzar el déficit fiscal» y no descartan la posibilidad de un veto si se aprueba sin las reformas pretendidas.
El escenario que viene
La estrategia de LLA ahora se traslada al recinto, donde intentarían introducir modificaciones durante la votación. No obstante, esto abre un dilema logístico y político:
- Si se aprueba sin cambios: El Gobierno recibe una ley que considera deficiente y fiscalmente peligrosa.
- Si se introducen cambios: El proyecto debe volver a Diputados, lo que obligaría a sesionar los días 29 o 30 de diciembre, en un calendario legislativo al límite.
Incluso se reportó que, ante la desesperación, Bullrich sugirió compensar las falencias del presupuesto mediante un DNU, una idea que fue recibida con escepticismo y rechazo por la dudosa legalidad que implicaría modificar una ley de presupuesto por decreto.
