la canasta básica supera el millón y medio de pesos y triplica la jubilación mínima
La Defensoría de la Tercera Edad ha encendido las alarmas al informar que la canasta básica para jubilados alcanzó en octubre un valor de $1.514.074,13, lo que marca un aumento del 26,12% en tan solo seis meses, desde abril de este año.
Este incremento representa más de $300.000 en comparación con los $1.200.523 relevados a principios de 2024 y, lo más preocupante, triplica el ingreso de la jubilación mínima, que se ubica en $396.298,38.
Una brecha que se agranda
El relevamiento, realizado semestralmente en grandes centros urbanos como la Ciudad de Buenos Aires, el Conurbano Bonaerense, Mendoza, Córdoba y Rosario, evidencia la creciente dificultad de los adultos mayores para cubrir sus necesidades esenciales.
Según el director de la Defensoría, Dr. Eugenio Semino, la medición es exhaustiva, incluyendo no solo rubros esenciales como alimentación y medicamentos, sino también gastos asociados al mantenimiento de inmuebles propios, alquiler y estadías en pensiones. En el caso de los medicamentos, el costo se calcula considerando los descuentos aplicados por las obras sociales.
De la cifra total de $1.514.074, los principales gastos se distribuyen de la siguiente manera:
- Medicamentos: $402.880,13
- Alimentación: $348.000
- Vivienda: $294.000
- Limpieza: $107.444
Estos cuatro rubros se consolidan como los más onerosos, dejando a la vista el desajuste entre el costo real de vivir y los ingresos percibidos.
Los ingresos no alcanzan
El informe subraya la crítica situación de la población jubilada. En un contexto donde más de cuatro millones y medio de jubilados perciben la mínima mensual de $320.000 más un bono extraordinario de $70.000, el desfasaje es notorio.
Aún más relegados quedan los beneficiarios de la Pensión Universal para Adultos Mayores (PUAM), que recibieron en el mismo período $223.297,36 con el bono, y las Pensiones No Contributivas para personas con discapacidad, que alcanzaron $265.385,19 más el bono adicional de $70.000.
La Defensoría concluye que la fuerte brecha entre la canasta básica y los ingresos promedio de la población mayor pone en riesgo el bienestar y la calidad de vida de los jubilados y pensionados del país.
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