La Aprobación de Milei Cae a su Mínimo Histórico en Medio de un Vendaval de Descontento
Buenos Aires. El optimismo del «cambio» se disuelve a medida que el ajuste económico choca con la realidad cotidiana de los argentinos. La última Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública (ESPOP) de la Universidad de San Andrés, realizada a fines de septiembre, enciende todas las luces de alarma para el Gobierno de Javier Milei: la aprobación del presidente cae a un frágil 39%, su nivel más bajo desde que asumió, con un rechazo que se eleva al 58%.
La tendencia decreciente no es un fenómeno aislado. El descontento con el rumbo del país es rotundo, con un contundente 66% de los encuestados declarando su insatisfacción, frente a solo un 32% que se muestra satisfecho.
Las Alarmas Suenan en Múltiples Frentes
El diagnóstico de la ESPOP resuena con fuerza en otros sondeos clave. El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) de la Universidad Torcuato Di Tella se desplomó un 8,2% en septiembre, tocando su mínimo histórico bajo la actual administración. Consultoras como Zuban-Córdoba y D’Alessio IROL–Berensztein también sitúan la imagen negativa del presidente por encima del 57%.
Este desgaste se cristaliza en la esfera electoral: el oficialismo sufrió una dura derrota de 14 puntos en el Conurbano bonaerense en la última elección del 7 de septiembre.
El Ajuste Toca Fondo: Bolsillos Vacíos y Corrupción en el Debate
La caída en la popularidad obedece a un factor central: la economía. El poder adquisitivo de los salarios reales ha caído cerca de un 15% acumulado, y casi la mitad de la población (49%) afirma que su economía personal está peor que a principios de 2024. El 78% de los encuestados sostiene que «el dinero no alcanza», señalando a los salarios bajos y el desempleo como sus principales temores.
El ajuste fiscal, que logró un superávit primario y abrió la puerta a un nuevo préstamo del FMI, no se traduce en alivio para la ciudadanía. La satisfacción que rondaba el 40% en julio hoy se derrumba transversalmente, golpeando más duro a:
- Mujeres (68% de insatisfacción)
- Sectores bajos (77% de insatisfacción)
- Jóvenes menores de 27 años (71% de insatisfacción)
Además del factor económico, una serie de escándalos ha resquebrajado el discurso de transparencia. La corrupción se dispara como preocupación ciudadana (35%), impulsada por filtraciones en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) y el resonante «Libra-gate», que genera rechazo en el 71% de los encuestados.
El Entorno Presidencial, También en Crisis
El desgaste no se limita al presidente. La figura de su hermana, Karina Milei, también sufre un deterioro significativo, con una imagen negativa que escala al 71% y un 60% de los encuestados asociándola con la corrupción por nepotismo.
La debilidad política también se hace evidente en el Congreso, donde 16 de 17 iniciativas clave del Ejecutivo fueron rechazadas desde abril.
A pesar de las cifras de rechazo, el presidente conserva un núcleo duro de lealtades: el 76% de la derecha y el 79% de sus votantes de 2023 lo siguen respaldando, concentrando su mayor apoyo en hombres y clases medias bajas. Sin embargo, el futuro electoral pende de un hilo: aunque La Libertad Avanza proyecta un 34% de intención de voto, un 21% de indecisos emerge como el bloque que podría definir la próxima contienda.
La advertencia final es clara: los macroéxitos del ajuste no son percibidos por el 78% de la población. La bronca acumulada -que lleva al 57% a planear votar «para sancionar» al oficialismo– anticipa que la sociedad argentina exigirá que, en el áspero 2025, los hechos pesen más que las palabras.
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