No descartan un nuevo desvío en el camino
La erosión costera en Quequén no se detiene, y el camino que une la localidad con Costa Bonita se encuentra cada vez más comprometido.
La situación es particularmente grave cerca del peñón de la Rosa Mística, donde el avance del mar está «devorando» las barrancas y angostando de manera peligrosa la calzada.
La amenaza del avance del mar
El efecto de la erosión se observa con mayor intensidad en las inmediaciones del complejo Quequén Chico y frente al peñón de la Rosa Mística.
El agua socava la base de las barrancas, generando grietas y derrumbes que reducen el espacio para el tránsito vehicular.
Como medida de seguridad provisoria, la Municipalidad ha colocado un cordón de tierra para alertar a los conductores.
Este fenómeno no es nuevo. La erosión se acentuó tras la prolongación de la escollera de Necochea hace varias décadas.
Un caso similar ocurrió en la Bahía de los Vientos, donde en septiembre de 1995, el camino costero fue clausurado y desviado por la calle 504, que es la ruta actual.
Posible nuevo desvío
Ante la falta de soluciones concretas y la millonaria inversión que se necesitaría para mitigar el problema, fuentes municipales no descartan un nuevo desvío de la traza, alejándola aún más del borde del acantilado. Este tipo de trabajos ya se realizó en julio de 2020 para sortear un tramo afectado.
«Antes en este lugar podías sobrepasar a un vehículo, aún viniera uno de frente, pero hoy es imposible», comentó un automovilista, evidenciando el riesgo que corren los usuarios de esta ruta.
Hasta el momento, no hay carteles de advertencia en la zona, lo que representa un peligro adicional tanto para conductores como para peatones, quienes se acercan al borde de la barranca sin saber que las grietas podrían provocar nuevos desmoronamientos.
A pesar de los reclamos y manifestaciones a lo largo del tiempo, no ha habido una solución definitiva, más allá de clausurar progresivamente tramos del camino.
FUENTE: Raúl Jáuregui (El Ecos)
