
¿Cómo estás?
Yo, muy triste. Quiero compartir con vos la amarga tarea de despedir a dos grandes amigos, que nos dejaron en los últimos días. Ambos fueron muy importantes no solo para mí, sino para todo el agro en su relación con la sociedad.
Mario Mactas y Daniel Grinstein, voy a evocarlos.
Mario era muy conocido por todos y ya recibió abrumadoras muestras de cariño desde todos lados. Lo que quizá no se sepa tanto es lo que hizo por el campo. Más allá de su origen en una familia que formó parte de la colonización judía en Carlos Casares, fue uno de los primeros que acudió a la convocatoria de Víctor Trucco cuando desde Aapresid lanzó el “Darse Cuenta”. Una iniciativa destinada a que los habitantes de las ciudades comprendieran la esencia de la profesión del productor agropecuario, y viceversa. Articulación indispensable en el país de las grietas.
En el mismo sendero, hace diez años nos propuso a Ana Fernández Mouján y a mí hacer un programa en Radio Cultura, cuando orientaba sus contenidos. Un generoso espacio que denominamos “Agro Cultura” y apuntaba exactamente en la misma dirección: la agricultura funda ciudades. Rómulo era agricultor y trazó el perímetro de Roma, cuando la fundó, con un arado de mancera. Así que sumamos estas perlitas al recuerdo inolvidable del gran Mario.
Danny Grinstein es menos conocido. También era descendiente de los colonos de Carlos Casares. Nació en Martinez, Provincia de Buenos Aires, el 6 de Diciembre de 1951.
Lo conocí en el 2001, por un hecho totalmente fortuito. Me enteré que en la Escuela Escocesa San Andres, en Olivos, había una exhibición de ciencias con los chicos del secundario como protagonistas. Allá fui. Y me encontré con la sorpresa de que una alumna de 12 años, Carola Grinstein, había hecho una maqueta perfecta con todo el proceso del biodiesel. Me puse a conversar y me contó que había conversado el tema con su padre, que trabajaba en una empresa petrolera. “Quiero conocer a tu padre”, le dije. “Ahora viene”. Lo esperé. Me apabulló.
Charlamos un rato sobre energías renovables y la iniciativa del biodiesel de
Carola. Pero enseguida me contó que su vocación social lo había llevado a crear la Fundación Plus (Participación Libre por la Unidad y la Solidaridad), de la que fue Presidente. Dio su aporte a la Mesa del Diálogo Argentino, promovida por autoridades de la Iglesia Católica y de otras confesiones. Me afilié. Y desde allí lo acompañé en el diseño y ejecución de un plan alimentario a partir del relevamiento de necesidades planteadas por Caritas.
Victor Trucco, «otra vez», había lanzado el plan “Soja Solidaria”, basado en donaciones de soja para atender la acuciante crisis social del 2002. Grandes volúmenes ofrecidos generosamente por los productores. Pero no existía cultura culinaria y la soja no se usaba. El Programa Alimentario del PLUS (PAP) diseñado por Danny apuntaba a facilitar la inclusión de la soja en la nutrición. A través de un mecanismo de fazón sin mover dinero, las donaciones de soja se convertían en un texturizado, mucho más fácil de incluir en hamburguesas, albóndigas, pastel de papa, etc.
Hasta hoy, recuerda Robby Hajnal, compañero de colegio y de aventuras, íntimo amigo de Danny y miembro prominente del programa, se distribuyeron más de 25 millones de raciones alimenticias hechas a base de harina deshidratada de soja ahora a través de Solidagro, ampliando el alcance de la ayuda social. Fue uno de los mentores de la alianza Nutrición10 Hambre Cero en 2011. Detallista, idealista y soñador como pocos. Optimista. Creyente en la bondad ajena. Valores.
Dos grandes. Dos gauchos de Carlos Casares. Dos amigos generosos, cultos, entrañables y ejemplares. Ya nos encontraremos…

Admiración y tristeza . Roby sé que vas a continuar este proyecto en honor a Danny y a vos mismo.
Lo solidario es dar y recibir al mismo tiempo.