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OPINIÓN: “Desfinanciar las Universidades es hipotecar el futuro”

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Por Giuliano Falconnat*

Aún queda en la retina aquella multitudinaria Marcha Federal del 23 de abril de 2024, donde la sociedad en su conjunto expresó un enérgico rechazo al recorte de fondos en el sistema Universitario.

Luego de esa movilización histórica donde estudiantes, profesionales, docentes y trabajadores reclamaron la actualización salarial, que se garanticen los fondos para gastos de funcionamiento y se actualicen los montos de las becas estudiantiles, lejos de resolverse la situación, las tensiones con el Gobierno Nacional continuaron en aumento.

Actualmente, el sistema de educación superior de nuestro país acarrea una situación crítica en torno a varias cuestiones:

1-En primer lugar, los fondos para el funcionamiento de las sedes (servicios públicos, limpieza, insumos, conectividad, equipamiento, seguridad, etc.), que a pesar de la actualización lograda por el Consejo Interuniversitario Nacional, durante el primer cuatrimestre de 2024 recibieron un 52% menos en comparación al año anterior, y un 10% menos interanual si se comparan con la inflación.

2-El Veto a la Ley de Financiamiento Universitario: en Octubre del año pasado, luego de una segunda jornada de reclamos en las principales ciudades del país, el Congreso de la Nación vetó el proyecto de Ley que llevaba la firma de la radical Danya Tavela y el apoyo del bloque Peronista, el cual hubiese dado previsibilidad a las Universidades para funcionar con normalidad.

3-El brutal ajuste en becas estudiantiles. El sistema de Becas otorgadas a los alumnos se divide en dos grupos; las que buscan el apoyo socioeconómico permitiendo que accedan a la educación superior jóvenes de hogares más vulnerables y las que promueven la excelencia académica y la estudio de carreras estratégicas para el desarrollo del país.

En el primer grupo se encuentran las ya conocidas Becas Progresar, que en 2024 fueron aumentadas tan solo en un 70% y este año han sido congeladas en $35.000 mensuales, de los cuales se les retienen $7.000 por mes a cada beneficiario y se abonan a fin de año en caso de aprobar todas las materias del ciclo lectivo en curso.

En el segundo grupo están las Becas Manuel Belgrano, creadas por el Gobierno anterior con el objetivo de incentivar el estudio de carreras necesarias para las Economías Regionales a través de un apoyo económico que era equivalente al sueldo neto de dos ayudantías alumno, para que no pierda actualidad ni discutir la actualización. Lamentablemente ese sistema no fue respetado por el Gobierno y hoy también se encuentra congelada en $81.685 mensuales, cuando aplicando la fórmula original debería rondar los $300.000. Como si fuera poco, los resultados para ingresantes estarán disponibles a mediados de junio, cuando las clases comenzaron durante el mes de marzo.

Esta situación impide a quienes no cuentan con los recursos necesarios hacer frente a los gastos mínimos (transporte, material de estudio, refrigerio) debido a los fuertes incrementos y a la ausencia de políticas de apoyo por parte del Estado. Respecto a este asunto el Presidente Milei afirmó que “la Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y a los de la clase media alta”, ¿qué hay de cierto en eso?

La realidad es que el 42% de los estudiantes Universitarios provienen de los 2 quintiles con menores ingresos de la sociedad, según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), perteneciente al INDEC, y el 91% de ellos asiste a Universidades Públicas.

En un informe del Laboratorio de Políticas Educativas de la Universidad Nacional de Hurlingham realizado en base a estos mismos datos, se puede apreciar que entre 1996 y 2023 el acceso a la Educación Superior para esos 2 quintiles de hogares con menores ingresos aumentó en un 150% y 120%, respectivamente, lo cual no fue magia, sino una concatenación de políticas públicas y la creación de numerosas Universidades que acercaron la oferta académica a la un mayor espectro de la sociedad.

Otra de las excusas del Poder Ejecutivo es la reiterada premisa de que NO HAY PLATA para lapidar en cuestiones como esta, lo cual resulta relativo y deja en evidencia cuales son las prioridades para el Gobierno ya que si tenemos en cuenta que el Presidente lleva gastados más de 3 mil millones de pesos en viajes al exterior, muchos de ellos por cuestiones privadas como charlas y foros, se podría haber utilizado esa suma para otorgar 3 mil Becas Belgrano más durante todo el año.

Si este dato deja sabor a poco resulta interesante pensar que con el ahorro producto de la suspensión de las PASO, que según el Jefe de Gabinete Guillermo Francos supone 200 millones de dólares, podrían aumentarse el monto actual de esta beca un 367% hasta los $300.000 mensuales y becar a un total de 67.000 estudiantes durante todo el año, cifra cercana al doble de los cupos que se otorgan actualmente.

Si alguna conclusión podemos sacar de este tema es que la educación de nuestros jóvenes debe ser prioridad, para formar profesionales competitivos que resuelvan los problemas sociales es indispensable el apoyo estratégico y sostenido del Estado ya que de otra manera, desfinanciando las Universidades, estamos hipotecando el futuro.

*Ex Presidente Federación Universitaria Tecnológica. Consejero Directivo UTN Mar del Plata