A 24 años del femicidio de Natalia Melmann, su padre, Gustavo Melmann, repudió las salidas transitorias de Oscar Echenique, uno de los policías condenados por el crimen.
Natalia, de 15 años, fue secuestrada, torturada y violada por policías en Miramar en 2001. Su cuerpo fue hallado en un vivero con signos de asfixia, moretones, quemaduras y fracturas.
Gustavo Melmann recordó a su hija como una adolescente cariñosa, comprometida y abanderada estudiantil que deseaba estudiar obstetricia para ayudar a los niños sin hogar. Sin embargo, sus proyectos y sueños fueron truncados por el brutal crimen.
Echenique, junto a otros dos policías, Ricardo Anselmini y Ricardo Suárez, fue condenado a prisión perpetua en 2002.
Sin embargo, actualmente goza de salidas transitorias los domingos, lo que Gustavo Melmann considera «una barbaridad» y un peligro para la sociedad.
Los culpables nunca pidieron perdón por el asesinato y, en cambio, recibieron amenazas, golpes e insultos por parte de ellos y sus familias.
