El plan de Donald Trump para «limpiar» Gaza y reubicar a un millón y medio de palestinos en países como Jordania o Egipto ha generado una gran indignación y críticas por considerarlo una «limpieza étnica».
Trump afirmó que Gaza está «literalmente demolida» y que la gente está muriendo, por lo que prefirió aliarse con naciones árabes para construir alojamientos en otro lugar.
Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, Ayman al Safadi, rechazó la propuesta de Trump y afirmó que su país sigue apostando por la solución de los dos Estados para resolver el conflicto israelo-palestino.
El Ministerio de Exteriores egipcio también rechazó la propuesta y exigió «poner fin a la ocupación y devolver el territorio usurpado al pueblo palestino».
Los palestinos también rechazaron la propuesta de Trump. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, afirmó que los palestinos no abandonarán su tierra y que no permitirán que se repitan las catástrofes del pasado.
La Yihad Islámica Palestina calificó la propuesta de Trump como «deplorable» y afirmó que da alas a «crímenes de guerra y contra la humanidad».
En Estados Unidos, la propuesta de Trump también fue criticada por sectores progresistas. El Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas (CAIR) calificó la propuesta como «delirante y peligrosa».
Además, varios historiadores, periodistas y comentaristas políticos afirmaron que la propuesta de Trump es una «limpieza étnica».
Solo algunos sectores ultranacionalistas israelíes aplaudieron la propuesta de Trump. El ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, afirmó que trabajará para implementar el plan de Trump «lo antes posible».
