Los ruralistas están en contra del negocio de los chips electrónicos para monitorear vacas impulsado por el viceministro de Caputo, Juan Pazo.
Consideran que es un negocio cuestionable y que beneficia a empresas vinculadas a Caputo y Pazo, como Invernea, Agrotoken y Ballanz.
El presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Chaco y Formosa, Guillermo Martínez, afirmó que Pazo es «una desgracia para el campo» y que su gestión es «en desmedro del campo».
También cuestionó la implementación de los chips, que costarán 70 centavos de dólar, aunque en el mercado local cuestan 1,20 dólares.
Incluso ex funcionarios de Macri, como Santiago Del Solar y Luis María Etchevehere, han cuestionado la medida.
Del Solar expresó que la caravana electrónica no abrirá nuevos mercados, mientras que Etchevehere considera que debe ser optativa para los productores.
El gobierno planea aplicar los chips a todos los terneros desde 2025 hasta 2028, con un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Sin embargo, los ruralistas ven esto como un negocio cuestionable y no como una medida para beneficiar al sector ganadero.
