En la jornada de este viernes, varios integrantes del sector duro del cristinismo, salieron a atacar fuertemente al gobernador reelecto de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof porque se mantuvo prescindente en la interna del PJ.
Incluso Cristina Fernández, al presentar su lista, dijo que «no hay espacio para los pilatos y los judas», con una solapada referencia a la decisión del gobernador.
Sin embargo, Kicillof no se lava las manos como Pilatos, labura todos los días, contra los ataques del gobierno déspota de Milei y muchos menos Judas, cuando fue uno de los pocos que llegó en los momentos más duros a defender con su propio cuerpo a la ex presidenta.
Que La Cámpora, el cristinismo duro, y varios reales traidores del peronismo, lo critiquen a Axel Kicillof es una muy buena noticia.
Que políticas como Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes, se muestre enojada con la decisión del gobernador, demuestra que el camino es el correcto, porque los fanáticos y déspotas de cualquier tipo, no tienen lugar en el futuro de una Argentina de crecimiento, comprensión y abarcativa.
Axel Kicillof, fue el único peronista que ganó claramente su reelección, que cuando fue por su primera elección a gobernador caminó solo la provincia, sin apoyo de ningún tipo y ahora pretenden que ponga todo su trabajo y prestigio a las órdenes de alguien que dijo que «tomaran el bastón de mariscal» y cuando lo hace Kicillof lo critican.
Esta actitud sigue marcando el personalismo que fue limando el apoyo a Cristina Fernández, hasta quedando con un núcleo duro que no supera el 20 por ciento de los habitantes del país.
La exigencia a Kicillof para que se proclame a favor de Cristina, es el primer paso para intentar manejar las listas en el 2025, en la provincia de Buenos Aires y sobre todo, en la elección presidencial del 2027.
Los cristinistas, saben que cada vez tienen menos poder dentro del armado «real» del Frente Justicialista, y quieren imponer nombres, que están vaciados de acompañamiento popular.
La masiva concurrencia que tuvo el acto del 17 de octubre en Berisso, marca a las claras que Axel Kicilloff es la esperanza de muchos habitantes de la argentina, que siguen los pasos de los bonaerenses que lo eligieron en dos oportunidades para conducir los destinos de su provincia.
Ni Pilatos, ni Judas. Independiente y nuevo dirigente, alejado de las roscas cristinistas.