Esta decisión es un golpe significativo para los libertarios y las milicias digitales del presidente Javier Milei, ya que su jefe de estrategia digital, Fernando Cerimedo, es objeto de la investigación brasileña sobre las milicias digitales de Bolsonaro.
Elon Musk, dueño de X, cedió ante la justicia brasileña y aceptó pagar una multa de más de 3 millones de dólares después de semanas de ignorar la orden del juez Alexander de Moraes.
Cerimedo está acusado de ser parte del aparato digital que preparó la línea argumental del intento de golpe a Lula, agitando el fantasma de un fraude electoral que luego se confirmó inexistente.
La investigación de la Policía Federal brasileña se basa en la confesión del secretario privado de Bolsonaro, el teniente Mauro Cid.
La rendición de Musk es una victoria para el gobierno de Lula, demostrando que ninguna corporación puede imponerse a las decisiones de un Estado.
Australia y Europa están siguiendo de cerca este caso y es probable que avancen en regulaciones similares sobre la red de Musk.
Musk deberá brindar información sobre las cuentas que formaron parte de la campaña de desprestigio contra el sistema electoral brasileño y el intento de golpe de Estado.
Esta decisión también impacta a Cerimedo, dueño de la Derecha Diario y socio del español Javier Negre, quien es parte de las fuerzas de choque digitales de Milei contra el periodismo independiente.
