Esta semana se podría definir finalmente la situación del servicio de distribución eléctrica para el núcleo urbano Necochea-Quequén.
Luego de décadas de discusiones no saldadas, sobre deudas que se reclaman el Municipio y la UPC, se agregó el año pasado la finalización del contrato de concesión.
Lo que en un principio, había sido un acuerdo político para llevar a Pilar Vitale a la presidencia de la entidad, pronto de convirtió en una discusión muy fuerte que provocó más de un problema.
Las posturas distantes entre César Arrieta, actual presidente de la UPC y el intendente Arturo Rojas, llevó la situación a momentos de alta tensión.
Por suerte, la responsabilidad institucional, estuvo por encima de los enconos personales, y con la participación de profesionales de cada sector, se está por llegar a un acuerdo.
No fue, ni es una tarea fácil, ya que hay diferencias económicas que vienen de gestiones anteriores y que eclosionaron en estos momentos.
Para el núcleo urbano no es un tema menor, no solo por el importante servicio que presta la Cooperativa, sino porque hay un proyecto fundamental en carpeta: le repotenciación energética tan necesaria.
Esto es un nudo fundamental para el crecimiento industrial de nuestro distrito, porque hay proyectos concretos para la instalación de una maltera y un molino harinero, con perspectivas de mayores inversiones.
El Concejo Deliberante, que a diferencia de lo que han manifestado algunos de sus integrantes, no son solo un nexo entre ambas instituciones, es la institución responsable, y por ley, la que debe aprobar el convenio y la prórroga por 30 años.
También, esta solución es importante para el sindicato de Luz y Fuerza, que además de tener a su representante como la máxima autoridad de la UPC, debe asegurar el trabajo de sus afiliados.
Se deberá aprender, de ahora en más, que no debe dejarse para más adelante, las soluciones, ya que con el paso del tiempo se complican, y se conslidan las trabas que terminan siendo difíciles de acordar.
