Se lo quieren quedar los Eskenazi. Este grupo inició el juicio por la expropiación de YPF que tiene un fallo favorable en Nueva York por USD 16 mil millones y puede detonar la economía argentina.
El banco español BBVA está muy cerca de poner en venta su negocio en la Argentina y se suma así a una ola de empresas y bancos internacionales que decidieron dejar el país, pese a la prédica capitalista del presidente Milei.
La familia Eskenazi, dueña de varios bancos provinciales privatizados, es una de las interesadas en quedarse con la operación local del BBVA. Si se concreta la retirada del grupo español, se sumaría a la venta de la operación local del HSBC que fue adquirido por el Galicia de la familia Braun Menéndez y la del brasileño Itaú que se lo quedó el Macro de las familias Brito y Carballo.
Las razones para este fenómeno de «argentinización» de empresas multinacionales, que va a contramano de la prédica de Milei, son varias. «Hay muchos grupos internacionales que no están dispuestos a seguir esperando para ver otra Argentina, mientras se demora la salida del cepo», explicó a LPO un operador del mercado.
En este contexto el rumor que hace eco en todo el sector bancario es que el Grupo Petersen de la familia Eskenazi está evaluando algunas alternativas para quedarse con el BBVA, lo que le permitiría meterse en la discusión de los grandes del sistema financiero argentino.
Según pudo reconstruir LPO, las conversaciones para adquirir el BBVA comenzaron hace cuatro meses. No es una operación fácil: por un lado, el vendedor se encuentra en España con su propia operación de adquisición del banco catalán Sabadell; por el otro, para el grupo Eskenazi significa un salto más que ambicioso, dado que pasaría de administrar activos por $3,7 billones a incorporar activos por otros $8 billones.
La versión de la venta está tan avanzada que CEO global del BBVA, Onur Genç, tuvo que hablar sobre el tema en la última ronda de inversores. «Tenemos un gran banco allí y no nos hacemos eco de rumores», sostuvo Genç.
La aparición de los Eskenazi es polémica. Este grupo inició la demanda por la expropiación de YPF que puede detonar la economía argentina y que ya tiene un fallo favorable contra el país por más de USD 16.000 millones. Los Eskenazi siempre dijeron que «vendieron» ese juicio al fondo Burford, pero en el mercado nadie les cree.
En el mercado se estima que si finalmente los acreedores logran cobrar ese juicio, las sociedades de los Eskenazi recibirían USD 14.385 millones, de los cuales USD 7.533 son por daños y USD 6.582 millones por intereses del orden del 8% en dólares.
El gobierno de Milei está dejando flancos muy preocupantes en la defensa argentina y además el operador del grupo Eskenazi, el vocero Adrián Kochen, es un asesor importante de Santiago Caputo, que controla en los hechos a YPF.
Kochen trabajó en la petrolera estatal cuando los Eskenazi entraron en YPF de la mano de Néstor Kirchner, el consultor era amigo personal del ex presidente y fue clave en esa operación.
Es más, desde que asumió el gobierno de Javier Milei la defensa argentina quedó a cargo del subprocurador del Tesoro, Andrés de la Cruz. Ex abogado de la familia Eskenazi. Ante el evidente conflicto de intereses, los diputados de la Coalición Cívica, Juan Manuel López y Paula Oliveto, pidieron a la Oficina Anticorrupción (OA) que aparte a Andrés de la Cruz por considerar que este «podría privilegiar su interés particular por sobre el interés público».
Petersen Energía y Petersen Energía Inversora, las sociedades domiciliadas en Madrid de la familia Eskenazi, se hicieron del 25% de la petrolera argentina sin poner un centavo, gracias a la presión política del entonces presidente Kirchner. De hecho, las firmas madrileñas de los Eskenazi se declararon en concurso de acreedores tras la estatización en 2012, al no poder afrontar el pago de los préstamos recibidos para comprar sus acciones en la petrolera.
Como sea, otra de las opciones que baraja el Grupo Petersen, que ya es dueño de los bancos de Santa Cruz, San Juan, Entre Ríos y de Santa Fe, es quedarse con el Banco Patagonia, cuyo accionista mayoritario es el estatal Banco do Brasil que viene intentando vender la participación controladora que posee en la entidad argentina.
«Banco Patagonia no está generando sinergias para nosotros, por lo que lo consideramos como un activo comercial no esencial», dijo el presidente ejecutivo del banco brasileño, Ruben Novaes, ante la pregunta de BNamericas durante una conferencia el pasado 6 de junio.
Lo curioso es que los bancos tuvieron desde que está Milei en el poder ganancias siderales. Este año acumularon ganancias por $ 5 billones y registraron el mejor semestre desde 2010. El sector se vio favorecido por la devaluación de diciembre, el incremento de los intereses de los bonos ajustados por inflación así como los créditos UVA, el fin del piso mínimo a la tasa de los plazos fijos y la mejora de los intereses a partir del traspaso de los pases del Central a títulos del Tesoro.
LPO