Los legisladores peronistas de las provincias plantean la conformación de un interbloque, con el objeto de defender una agenda federal. El rol de los gobernadores y las tensiones con La Cámpora.
El flamante armado de Unión por la Patria (UxP) afronta tres escenarios posibles en la Cámara de Diputados: una bancada unificada cuyos miembros consideran prácticamente imposible; una ruptura de concreción tan improbable como inconveniente para sus protagonistas; o un interbloque con una formación de legisladores que respondan a gobernadores, algunos separados bajo el paraguas de lo que se denomina «sin tierra», otro espacio con legisladores vinculados a sindicatos y organizaciones sociales y un último sector vinculado a La Cámpora.
Al cierre de este artículo, las reuniones entre los integrantes de las diferentes expresiones que todavía orbitan bajo el Frente de Todos se producían con frenesí. Por caso, un diputado del norte grande le decía a LPO que «esto no va más», mientras se preparaba para encontrarse con los referentes del Frente Renovador, que habían preacordado, por su parte, verse las caras mañana una hora antes del mitín con el bloque entero.
Así las cosas, la derrota electoral en balotaje aceleró las conversaciones y profudizó las manifestaciones de disconformidad que ya traían los representantes del interior. «Queremos un bloque que defienda una agenda federal», sostuvo un diputado de una provincia cuyana, y agregó: «estamos cansados de los temas de Buenos Aires, que están muy bien, pero no son los nuestros».
La bronca del peronismo que expresan mandatarios provinciales derrotados y algunos que lograron la continuidad de su sello coincide en un punto: el AMBA tiene subsidios a la energía y el transporte pero las jurisdicciones del resto del país no o no la acreditan en la misma medida, al tiempo que una minoría progesista impone temas que no rinden políticamente en todas las jurisdicciones. «Alberto Fernández nos hizo votar el aborto en plena pandemia y perdimos el apoyo de sectores vinculados a la Iglesia o que digan, si no, de qué puta sirvió el Ministerio de Género o el lenguaje inclusivo», soltó uno con irritación.
La tensión que se desató durante la última visita de los gobernadores peronistas a la Capital Federal siguió por diversos causes, tras el encuentro con el futuro ministro del Interior, Guillermo Francos. Con el gobernador Gustavo Sanz como anfitrión en la Casa de Salta, habrían departido su par neuquino Rolo Figueroa y el misionero Oscar Herrera Auad para urdir un interbloque que incluya al Frente de la Concordia de la jurisdicción mesopotámica.
Si se hubieran unificado las elecciones, Massa ganaba en primera vuelta, y además hubiésemos conseguido mayoría de diputados en la Cámara Baja.
El pacto fue traducido luego por legisladores de Santa Fe, Entre Ríos, Tucumán, Mendoza, San Juan y Jujuy, entre otras provincias. Hay quienes calculan que ese núcleo podría redundar en más de 20 escaños pero los números oscilan según el avance de las deliberaciones.
En esa cuenta, algunos señalan a un sector del peronismo tucumano como artífice de la jugada. Aunque los legisladores que responden a Osvaldo Jaldo parecen mantenerse públicamente equidistantes, una de las principales espadas de Juan Manzur habría participado de las deliberaciones.
Bajo el mismo prisma se lee en esos ámbitos lo que dijo el gobernador entrerriano, Gustavo Bordet, sobre la suerte de Sergio Massa y el bloque de Diputados. «Si se hubieran unificado las elecciones, Massa ganaba en primera vuelta, y además hubiésemos conseguido mayoría de diputados en la Cámara Baja», expresó en declaraciones radiales.
Un diputado que no se sumó a la ola secesionista porque su jefe político alambró su provincia comentó a este portal que se comprende que aparezcan legisladores que se replieguen sobre las necesidades de la población que los votó. Al respecto, mencionó el discurso del santiagueño Gerardo Zamora en las oficinas del Banco Provincia la semana pasada, cuando anunció que sus hombres y mujeres en el Congreso aportarían gobernabilidad a Javier Milei como lo hicieron durante el mandato de Mauricio Macri.
Queremos un bloque que defienda una agenda federal, estamos cansados de los temas de Buenos Aires, que están muy bien, pero no son los nuestros.
De todos modos, los delegados de Zamora tampoco serían de la partida que tensa con el kirchnerismo hasta el momento.
Por otro lado, las diferentes tribus admiten que el actual presidente de la bancada oficialista, Germán Martínez, puede garantizar la metabolización de las diferencias, un concepto que acuñó desde que relevó a Máximo Kirchner en ese puesto, en febrero de 2022, sin que se pulverice el bloque.
En ese sentido, un diputado identificado con organizaciones sociales concedió que la intención es procesar las divergencias otorgando cierta autonomía a los legisladores que deben responder a las demandas de los gobernadores. «No nos puede pasar otra vez lo que nos pasó en 2016», aseveró en referencia a la ruptura del Frente Para la Victoria a poco de la asunción de Macri.
LPO