Por Horacio Castelli
Muy pocos debates han mostrado una diferencia tan clara entre dos contendientes a la presidencia de un país, como lo ocurrido en la noche de este domingo 12.
Sergio Massa, mostró un conocimiento profundo sobre el rol de los estados en el mundo, mientras Javier Milei, ni siquiera se atrevió a repetir sus conceptos agresivos en que basó su campaña.
Sin embargo, el conjunto de la política deberá realizar una profunda autocrítica, para analizar por qué una persona con tan poca capacidad política y con falta de conocimientos llegó a esta instancia.
Es indudable que quienes votan a Milei, están desencantados con la política que se ha aplicado en algunos trayectos de estos 40 años de democracia.
No nos olvidemos que muchos de los que hoy critican a Cristina Fernández, le dieron un triunfo en el 2011 con el 54 por ciento de los votos, lo que marca que la satisfacción en ese momento era alta.
Pero, la grieta que existe dede la época de la Revolución de Mayo, se fue ampliando en los últimos años y permitió que se filtrara el odio por sobre la discusión.
Volviendo al debate, las diferencias fueron claras, donde un candidato a presidente como Sergio Massa, sabe que es lo que quiere y como lograrlo.
Javier Milei, fue simplemente un partener, que en uno de los momentos más surealistas, mientras se hablaba que Margaret Thatcher, que el admira, asesina de argentinos del ARA Belgrano, habló sobre fútbol, Cruyff y Mbappe.
Milei, no pudo sostener ninguno de sus argumentos vociferados a cuatro vientos sobre, la dolarización, los vaucher en la educación, la privatización de la salud, etc.
Habló, de que los privados iban a comercializar sin participación del estado con el mundo, cuando cualquiera sabe que si no hay acuerdos entre estados, no te permiten que vendas ni una ballenita.
Si para que un ciudadano, pueda ingresar a otro país, piden infinita documentación, hay que imaginarse que para comercializar las exigencias son superiores, y solo se admiten con respaldo estatal.
El único que hizo propuestas concretas fue Sergio Massa, donde el tema seguridad fue contundente, con planteos claros, sobre todo en el combate al narcotráfico.
La Argentina está en una situación demasiado delicada como para entregar el mando a un panelista de televisión. Necesitamos un estadista que rompa con la grieta y logre unificar los distintos sectores para buscar una solución definitiva a los problemas.
