Además, aseguró que “el payaso de la plaza es la semilla que nosotros tenemos para poder festejar la fiesta de la ciudad”. Esas fueron sus propuestas cuando le tocó el turno de hablar sobre el eje de “desarrollo cultural”.
En el segundo y último debate en el que los candidatos a intendente de Necochea tuvieron la posibilidad de exponer sus propuestas ante los votantes, el referente de Juntos por el Cambio, Martín Migueles, protagonizó un insólito momento cuando le tocó en turno presentar plataforma con respecto al eje Educación y desarrollo cultural.
Al borde del ridículo, lo que vuelve a mostrar la falta de preparación de algunos postulantes y de equipos serios que sostengan sus figuras, el abogado dijo que los artistas locales serán “la base para todo acto público que haga el municipio”, manteniendo una postura con la que intentó atacar al oficialismo en los últimos días por la contratación de espectáculos de nivel nacional para celebrar el Aniversario de la ciudad.
Hasta ahí, la propuesta era válida y la lógica aceptable, si no se tiene en cuenta que los shows son costeados con una tasa especial que surge del turismo para este tipo de eventos. Lo bochornoso fue lo que siguió a continuación de ese razonamiento.
“Todas las fiestas las vamos a hacer con los artistas nuestros, porque tenemos grandes cantores; el payaso que lo conocemos en la plaza es uno de los mejores que he visto en mi vida, creo que con esa semilla que nosotros tenemos para poder festejar la fiesta de la ciudad”, aseveró el candidato, que terminó la frase con una sonrisa incómoda, quizás acordándose de algún gran paso de comedia del payaso, simplemente, reconociendo lo insólito del argumento planteado.
No contento con esto, Migueles lanzó otra ocurrente idea que da muestra de lo aceitado que tendrá este eje si llega a ser cabeza del Ejecutivo local. Propuso para impulsar la cultura en el distrito “darle un espacio específico a los artistas para que puedan exponer sus cuadros permanentemente”, porque “este es un tema que gusta mucho”, y planteó como lugar para ello “la casona del Parque Miguel Lillo, donde está el Museo”.
Además de lo simplista de la presentación, lo insólito es que lanzó esta propuesta sentado en una silla del auditorio del Centro Cultural de Necochea, la casa que lo convocó al debate y cuyo fin es el de la promoción de los artistas y pintores locales. Una muestra más del menosprecio al que ya acostubró a las entidades intermedias.