*Por Horacio Castelli
Hoy toca referirnos a otro de los fracasos de Martín Migueles al frente de la Usina Popular Cooperativa “Sebastián de María”: el Triple Play. Un conjunto de iniciativas por fuera del objetivo central de la Usina en las que, como funcionario público, desvió fondos hacia lo que llamó UPC Digital.
Seguramente, a más de una década del anuncio, muchos no lo recuerden, pero bajo su presidencia Migueles anunció la llegada del “Triple Play”, un sistema conjunto de televisión por cable, telefonía fija y acceso a internet que pretendía competir con otras prestadoras de servicios a un precio mucho menor. Cercano en ese momento al kirchnerismo.
Para poder llevar a cabo el proyecto conformó una UTE (Unión Temporal de Empresas) llamada USINA-FIBRAGROUP, la cual fracasó, y terminó provocando la presentación de acciones legales por parte de los pocos potenciales socios que oportunamente habían aportado a esta UTE. Además, unos meses más tarde, se anunció un supuesto acuerdo con la empresa Claro-Telmex para desarrollar el Triple Play. Al igual que el caso anterior, nunca se concretó.
Así, Migueles llegó a noviembre del 2012 sin socios capitalistas para un proyecto que no despertó confianza en los inversionistas ni expectativas en la comunidad. Nadie quería asociarse con Migueles y el proyectó naufragó antes de comenzar a navegar.
Para ampliar el rechazo, en diciembre de 2012, COMUNICCAR, la Cooperativa del IFC (Corporación Financiera Internacional), le comunicó que no participaría del canal propio de la UPC Digital. Otro grupo más que no quiso participar del emprendimiento. Otro fracaso de la gestión Migueles, quien, sin embargo, parece enojarse cada vez que se le señala que es un mal administrador público.
Por último, quien ahora pregona una reducción del gasto público y un achicamiento del Estado, amplió la planta de trabajadores (en gran medida a través de vinculaciones políticas y amiguismos y no a través de la Bolsa de Trabajo como explicaremos en otro informe) al contratar personal para una oficina dedicada a la venta de servicios de telefonía móvil marca NUESTRO, la cual intentaba “competir”, con las telefónicas nacionales e internacionales. ¿Alguien adquirió el servicio, aunque sea un solo vecino de Necochea? Le contesto: NO. Me animo a arriesgar que ni el propio Migueles usaba NUESTRO, la propia telefonía que “promovió” pero que, una vez más, terminó en un rotundo fracaso.
Lo que se acaba de informar no es un invento ni fruto de la imaginación. Está escrito, ni más ni menos, que en la Memoria y Balance General de la Usina correspondiente al ejercicio 74 cerrado el 31 de diciembre de 2012. Datos, no opinión.
Servicios anunciados que no se implementaron, inversiones que no llegaron, oficinas que no funcionaron y canales que nadie vio. El balance de Migueles al frente de la Usina fue justamente lo contrario, un desbalance donde los fracasos tuvieron muchísimo más peso que los éxitos (si es que los hubo).
Los datos fríos y concretos no mienten. Los mentirosos, SI. ¿Quién miente Migueles?