Fue gracias a la presión de Brasil, India y China. Con Argentina se suman Arabia Saudita, Egipto, Iran y Emiratos Àrabes Unidos.
La cumbre de los BRICS en Sudáfrica dio un giro inesperado. La presión de Brasil, India y China habría logrado que Argentina logre sumarse al bloque de potencias emergentes, un viejo anhelo de Cristina Kirchner que el gobierno de Alberto Fernández persiguió desde el primero momento de la gestión.
En la previa, la situación parecía imposible de revertir y desde el propio gobierno reconocían que la incorporación de ningún miembro estaba dentro de la agenda de la cumbre. A punto tal era baja la expectativa que Argentina no mandó a ningún representante.
Sin embargo, fuentes al tanto de la cumbre en Sudáfrica confirman que en las últimas 24 horas hubo una presión muy fuerte de Brasil, India y China para que se apruebe un mecanismo que defina los nuevos ingresos de Argentina, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Irán y Arabia Saudita.
«Estamos a punto de ampliar la familia de los BRICS. Todos los miembros apoyan plenamente la propuesta», anticipó el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, al comienzo de la cumbre despertando la expectativa entre los países que aspiraban a incorporarse.
Lula jugó un rol clave para el ingreso y sus declaraciones movieron el amperímetro de la discusión de los miembros fundadores. Pero no se trata solo de Argentina sino de otros países que India y China también quieren que ingresas para ampliar el alcance de la esfera de influencias de estos países.
Para Argentina es importante porque con la incorporación al bloque, se abre la posibilidad que avance el ingreso al Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, que Lula prometió a través de su presidenta Dilma Rousseff, para este mes. En este marco, Sergio Massa viajará el lunes para encontrase en Brasilia con el propio Lula y el ministro de Hacienda de Brasil, Fernando Haddad.
LPO