Corría el año 2009 y ya ni el Sindicato de Salud ATSA, ni el intendente Daniel Molina y su secretario de salud Juan Carlos Barrera, ni la CGT Regional, ni funcionarios provinciales del gobernador Daniel Scioli, pudieron intervenir y lograr lo que el grupo de médicos y accionistas de la Clínica Regional de Necochea tenía como plan para entrar en plan de quiebra y retirarse a otros trabajos, dejando en un comienzo más de 70 familias en la calle. De ese grupo de despedidos algunas enfermeras continuaron la lucha hasta la actualidad, sin aceptar ningún tipo de conciliación por fuera de la ley, sin haber cobrado un peso, y aún sin un fallo judicial a su favor.
Ese equipo de enfermeras necochenses con amplia experiencia y formación profesional se consideraron despedidas en 2009 ante la grave crisis financiera de la Clínica Regional que finalmente entró en Convocatoria de Acreedores, luego de trabajar más de 1 año y medio sin cobrar.
En 2009 presentaron una denuncia, tomaron la sede de ATSA, salieron en algunos medios de prensa de ese momento, y continuaron con la lucha por 13 años más. Hoy, 4 de las mujeres luchadoras de aquel momento persisten y denuncian la situación, ante lo que podría ser la posible venta a remate, finalmente, del edificio.
La ley es tela de araña
En comunicación con NdeN, una de las referentes de esta lucha, Norma Antolín, contó la visión que tienen respecto a que durante la semana pasada se conoció que hay un oferente para la subasta del edificio donde históricamente funcionó la Clínica Regional. Las esperanzas, tantos años después, tienen un tono amargo y de dura crítica a la justicia laboral.
“Vemos que siempre se deja lo último al trabajador. Llevamos 13 años peleando, investigando y denunciando todas las anomalías que se cometen, han habido muchas”, mencionó y recordó también a una compañera que falleció mientras esperaba su fallo: Alejandra Favoretti.
Entre esas injusticias recordó cuando al retirarse la cooperativa durante los últimos tiempos “rompieron todo, dejaron todo tirado”, también recordó que cuando fue el remate de bienes muebles “se hicieron dos inventarios, y de uno a otro faltaron cosas. El remate estaba valuado en casi 2 millones de pesos, con cosas usadas y viejas con menor valor; se remató todo por 190 mil pesos, donde la mayoría de cosas se llevó la Clínica Cruz Azul: Aparatos nuevos, de respiración asistida, servocunas, entre otras”, recordó.
Hoy, el valor de la subasta ronda casi los 25 millones de pesos: Además de la posibilidad de que se pueda reabrir una nueva institución de salud privada en la ciudad, el tema fundamental es el pago de las debidas indemnizaciones para las trabajadoras de la salud que quedaron en la calle cuando quebró la Clínica hace 13 años atrás. Sin embargo, tal como cantara Alfredo Zitarroza en tono de milonga, “la ley es tela de araña”.
“La ley dispone que nosotros seamos las últimas en cobrar, según nos cuenta nuestro abogado. No creo que alcance (el dinero tras un posible remate) para todas las deudas que tiene la clínica: Primero se cobran los costos de juicios, después los abogados, luego las deudas impositivas y recién ahí los trabajadores”, expresó Norma.
Cabe mencionar que la causa por la Clínica Regional se encuentra bajo la órbita de Tribunal Civil Comercial Nro 2, a cargo del juez Martín Ordoqui Trigo, donde también reside la denuncia contra los médicos-accionistas Eleazar Seiler, Vilma Parodi, Eduardo Haún y Jaime Núñez Peñaloza.
Recuerdos de la lucha del 2009
Luego de reuniones, tomas, marchas y escraches, el grupo de mujeres lanzó una carta hacia el interventor del gremio, donde entre otras descripciones destacaban: “Desde el 11 de febrero del 2009 fecha en que se comenzaron con las medidas de reclamo, se realizan 1 a 2 asambleas semanales. A lo largo de estos meses, este grupo fortalece la participación de sus miembros, la toma decisiones consensuadas, la solidaridad en los momentos difíciles que nos tocan vivir (económicos y psicológicos), la perseverancia en la lucha por nuestros irrenunciables derechos y la firme convicción como trabajadores de que esos derechos (logrados a lo largo de la historia a costa de el sacrificio y hasta de la sangre de muchos) no pueden jamás ser postergados, negociados o relativizados. Tanto como un médico, un maestro, un policía, cada uno de estos trabajadores necesita su sueldo completo para mantener a sus familias”.
En ese momento a las trabajadoras les debían más de 8 meses de sueldo, pero habían seguido trabajando en pos de la salud de sus pacientes.
En una posterior carta pública, aún en 2009, sintetizaban dirigiéndose directamente a los accionistas, con nombre y apellido: «Ante la negativa de algunos de ustedes de toda responsabilidad como empleadores les preguntamos: ¿van a seguir escudándose en la “sociedad anónima” al momento del pago de sueldos, art, aportes jubilatorios y demás obligaciones y van a tener nombre y apellido al momento de cobrar sus aranceles por obras sociales y abultados “aranceles diferenciados”?»
Persona no grata
Vilma Parodi es una de las accionistas denunciadas por extrabajadoras de la Clínica Regional tras la quiebra del establecimiento sanitario. A su vez, fue parte del grupo de médicos que fueron parte de la extinta Clínica Atlántica.
Tal como expresabamos en esta nota en diciembre del 2021, desde el municipio se la designaba como nueva (y actual) directora del hospital municipal Emilio Ferreyra.
Las enfermeras no se olvidan de la médica anestesista, su rol en aquellos años y sus dichos. “Vemos negativamente que una de las personas responsables del abandono del personal y de la quiebra haya terminado con el puesto de directora del Hospital. Es una barbaridad. Ella en las reuniones nos decía: ´Si esto se cierra yo me subo a una ambulancia y ustedes van a quedar en la calle porque no van a conseguir trabajo”, recordó Antolin. Y 13 años después, Norma lo reconoce: “Efectivamente muchas nos quedamos sin trabajo y no pudimos reinsertarnos en el ámbito laboral”.
Presente
«Desde el 2009 luchábamos porque nos debían un año y medio de trabajo, y seguíamos yendo a trabajar, eso nunca se tuvo en cuenta… Presentamos proyectos para reinsertarnos, incluso habíamos conseguido un subsidio de Nación, quienes nos pagarían la mitad del sueldo y la otra mitad la clínica, fuimos a presentarle la propuesta a Sartori (ya fallecido) y al cirujano Gabino pero nunca nos tuvieron en cuenta”.
Para concluir y con la fuerza y esperanza de siempre Norma asegura que si del dinero del posible remate no alcanza para que les paguen, continuarán reclamando y tomando medidas. “Si se abre un centro de salud en la Clínica, posiblemente vuelvan los mismos que la fundieron, quienes no perdieron nada e incluso acrecentaron su patrimonio”.
NOTA REALIZADA POR NDEN