El frágil alto el fuego entre Israel y las milicias de la Franja de Gaza se mantiene, pero los daños causados por los ataques aéreos israelíes son considerables.
El 9 de mayo, el Ejército israelí atacó en la llamada operación «Escudo y Flecha» con bombardeos sobre objetivos de la Yihad Islámica en el enclave, a lo que la milicia respondió con un numerosas andanadas de cohetes.
En esta escalada han fallecido 33 personas en Gaza -al menos 15 civiles, de ellos seis niños-. Del lado israelí se han registrado dos muertos: una anciana cuyo departamento fue impactado por un cohete, y un campesino palestino que pastoreaba cerca de la Franja de Gaza. Los habitantes de Gaza rebuscaban en los escombros de sus hogares cualquier cosa que pudieran salvar.
«No hay trabajo, ni casa, ni vida estable, ni seguridad, nada. ¿Qué les hemos hecho? Nada. Sólo somos pobres. Si quieren atacar una casa, que la ataquen sólo ahí. ¿Por qué destruir todo el barrio? ¿Por qué?», lamenta Mai Sarson, propietaria de una vivienda destruida.
Israel ha reabierto sus dos pasos fronterizos con Gaza, cuyo cierre había afectado a los palestinos con permiso de trabajo o autorización para acceder a tratamientos médicos esenciales no disponibles en el empobrecido territorio. La medida también ha permitido la entrada de camiones de combustible que ahora pueden abastecer a la central eléctrica de la Franja.
Mientras tanto, en el sur de Israel, los habitantes de Ashkelon se relajan en la playa. La salva de cohetes lanzados desde Gaza la semana pasada hizo que la población se refugiara en sus casas. La mayoría de los cohetes fueron interceptados por el sistema de defensa israelí. Ambas partes se han comprometido a respetar el alto el fuego, pero han advertido de que reanudarán el fuego si se les provoca.
Euronews
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