Matías Farías recibió perpetua y Juan Pablo Offidani 15 años, ambos acusados por el delito de «abuso sexual con acceso carnal agravado». Tras el fallo, Marta Montero, madre de la adolescente, aclaró que su pelea «no termina» porque buscarán la misma pena para el otro imputado.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 marplatense impuso la pena máxima a Matías Farías (29), a quien halló culpable, en calidad de «autor», del delito de «abuso sexual con acceso carnal agravado por el suministro de estupefacientes y por resultar la muerte de la persona ofendida, en concurso ideal con femicidio».
En tanto, Juan Pablo Offidani (48) fue sentenciado a 15 años de cárcel, como pena unificada con una condena previa, al ser considerado «partícipe secundario» del «abuso sexual con acceso carnal agravado por el suministro de estupefacientes».
En su resolución, dieron por acreditado que «Lucía fue víctima» de «abuso sexual con acceso carnal» agravado por el suministro de drogas y que la causa de su muerte fue «una asfixia tóxica producida por un excesivo suministro de cocaína» por parte de Farías, en línea con lo expuesto por los peritos que declararon en el juicio.
Respecto de la calificación para el principal acusado, Falcone y Simaz entendieron que correspondía aplicar la figura de dolo eventual, mientras que Fissore consideró que «actuó con una culpa temeraria» por «suministrarle estupefacientes en dosis letal a una menor de edad, a sabiendas que había consumido durante la jornada anterior».
En cambio, el tribunal señaló de manera unánime que la muerte de la menor no podía ser imputada a Offidani.
En los fundamentos de casi 250 páginas, a los que tuvo acceso Télam, los magistrados subrayaron veinte puntos analizados globalmente para demostrar la «relación asimétrica entre una niña de 16 años de edad que transita un problemático proceso de consumo de estupefacientes y un varón de 23 años que resulta proveedor de tal sustancia a cambio de dinero».
En ese sentido destacaron «el escenario de particular vulnerabilidad en que se situaba Lucía, que fue usufructuado por Farías para concretar su designio de obtener un provecho sexual, utilizándola como su instrumento».
«Se trataba de una niña de 16 años, sin ingresos económicos propios, que registraba un consumo problemático de estupefacientes y, además, resultaba deudora dineraria frente a este varón mayor de edad, proveedor de sustancias ilegales y conocedor del vínculo que ella tenía con éstas», sostuvo Falcone, con acuerdo de los otros dos jueces.
Télam