El presente libro nace de la inquietud de dos bonaerenses, un marplatense y un ramense, por una Provincia que lastima y desgarra.
La obra expone a un anacrónico marco legal, su actual Régimen Municipal impuesto en 1958, que ha despojado no sólo a Buenos Ayres, también a sus Municipios, del control de sus destinos.
El Régimen Municipal bonaerense vigente no se actualizó a las circunstancias y necesidades de la comunidad actual.
Por lo tanto, está obligado a superar dicho “anacronismo”, provocando cambios que impliquen una nueva concepción de un Estado Comunal más abierto, eficaz y eficiente.
La comuna actual se corresponde históricamente con una sociedad caracterizada por una integración social y económica de vecinos donde, la gestión pública elaboraba programas de gobierno mirando a sus vecinos desde cierta uniformidad, aunque reconociendo la existencia de desigualdades sociales y económicas barriales. Las políticas públicas eran similares para todos los barrios y sectores sociales.
Hoy, la realidad nos demuestra que es urgente adoptar un nuevo criterio de administración de las decisiones del poder, que significa hacerse cargo de una sociedad cada vez más heterogénea, con una diversidad de colectivos, tribus suburbanas y subculturas reclamando respuestas muy dispares, y que no encuentran canales de expresión de sus reclamos y proporcione solución a sus dificultades.
Lo que lleva, generalmente, a originar movilizaciones de protestas, que producen caos y tensión con el poder político y con la población en general.
Frente a este nuevo tribalismo, el actual Régimen Bonaerense se muestra incapaz de cumplir con sus funciones.
Queda sobrepasado, volviéndose un ámbito de desarrollo de prácticas que intentan asir una realidad que se va de sus manos, al tiempo que da lugar a escenarios que desnaturalizan su función.
Se deberá trabajar por un sistema Comunal que dé respuestas rápidas y eficientes, con personal más capacitado, utilización de mayor tecnología para el entrecruzamiento de datos e información, organizando a nuestros paisanos bonaerenses para que todos y cada uno pueda realizar sus potencialidades en una común unidad donde “el individuo tenga algo realmente que ofrecer al bien general; al cual integrar y no sólo una presencia muda y temerosa”.
Tratemos de marcar un camino a la dirigencia política para lograr los cambios estructurales que la Provincia de Buenos Ayres necesita con suma urgencia, desde permitir que sus Municipios tengan autonomía plena, Cartas Orgánicas, la eliminación de las Delegaciones Municipales, el reconocimiento de nuevas comunas, un mejor control en la gestión del Ejecutivo Municipal y mayor participación del pueblo, coadyuvando en las decisiones políticas.
Desconurbanizar para repoblar la región surera bonaerense, que necesita incrementar su población.
La primera línea de trincheras, de resistencia, son las comunas no cabeceras, las Delegaciones municipales. El pago chico. Evitar la migración y posibilitar un nuevo arraigo de sus paisanos, es la pelea bonaerense por dar.
Luis Gotte – Gustavo García