Por la sequía, la agroexportadora anunció que no se guiará por el precio de referencia de la Bolsa rosarina donde se imponen los intermediarios y en Casa Rosada ven una oportunidad de abrir nuevas pizarras.
La decisión de Cargill, una de las principales operadoras de grano a nivel internacional, sorprendió este miércoles al mercado con el anuncio de que para la próxima campaña de maíz no va a tomar en cuenta el precio de referencia que determina la Bolsa de Comercio de Rosario, sino que se guiará por «Mercado Cargill», mientras que ADM, otra exportadora de capitales norteamericanos, se sumó con la misma estrategia.
Esta resolución sacudió al Mercado de Granos rosarino, el más importante del país por donde se comercializa el 80 por ciento de la producción de cereales y oleaginosas de la Argentina. La Bolsa de Rosario filtró fuertes cuestionamientos a las agroexportadoras y advirtió que se ponía en peligro la institucionalidad que rige hace más de 140 años.
¿Que hay detrás de la decisión de Cargill y ADM? La Bolsa de Rosario calculó el fuerte impacto que tendrá la sequía en la cosecha del maíz de este año debido a la corriente de La Niña y, en consecuencia, un panorama de escasez del producto básico para el alimento animal. Por tal motivo, Cargill anunció que no se va a guiar por el precio de referencia que calcula la Cámara Arbitral de Cereales de Rosario sino con valores propios.
Es que en la mesa bursátil, el precio se determina a través de un promedio entre lo que pagan las agroexportadoras, los grandes actores pero inferiores en número, con lo que compran los acopios y corredores que siempre ofrecen al productor un porcentaje mayor y tiran para arriba el precio de referencia. Sumado a la menor oferta por la sequía, se calcula de por sí un precio alto.
«En la Cámara hay veinte tipos opinando sobre el precio que voy a tomar a futuro. Si salgo a comprar hoy no te voy a pagar el precio pizarra sino que te voy a ofrecer mi precio y no el que quieren los más chicos porque significa un grado mayor de incertidumbre y riesgo», explicó a LPO un importante hombre de la city rosarina.
La pregunta que surge es porqué los productores van a querer venderle a Cargill o ADM si van a pagar menos. Según la misma fuente consultada, que pidió reserva de su nombre, lo harían porque estas multinacionales pueden ofrecer beneficios a futuro como el compromiso de ceder espacio para recibir soja o fijar precio sin cobrar almacenamiento o beneficios en la compra de fertilizantes para las próximas campañas.
Como sea, en el gobierno festejaron que Cargill haya pateado la mesa y que se abra la posibilidad que abrir otras mesas de precio en Bahía Blanca, Córdoba «o donde sea», reconoció una fuente del gobierno a LPO. En el gobierno interpretan que con esta decisión se acota a los actores que dominan el mercado desde hace décadas en Rosario y que cartelizaron los precios de los granos y derivados.
Contar con varias bolsas que definan el precio de referencia permitiría mayor competitividad en un mercado tan importante para el país, consideraron en el gobierno. El planteo no es descabellado. De hecho, en la Bolsa de Comercio de Rosario insistieron en la importancia de cuidar la institucionalidad y que Cargill y los agroexportadores vuelvan a sentarse a la mesa.
No es una situación simple para la entidad centenaria que viene de años tormentosos y salpicada por los escándalos que detonaron las sucesivas caídas de correacopiadores como Grimaldi, Guardati Torti, BLD o la misma Vicentín que presidió la Bolsa durante dos períodos con Alberto Padoán a la cabeza.
Fue tal el fiasco que causaron los correacopios que impactaron de lleno en la confianza de los productores que luego de haber pasado tanta agua bajo el puente, ahora prefieren cobrar menos comercializando con empresas sólidas que arriesgarse con precios más altos pero con la incertidumbre de no cobrar jamás.
En tiempos donde la confianza era uno de los puntos de apoyo de la comercialización de granos, las promesas de réditos exorbitantes que ofrecían algunas firmas se convirtieron en verdaderas bombas y una amenaza a todo el sistema. A partir de allí, la Bolsa de Comercio de Rosario optó por denunciar ante la Comisión Nacional de Valores aquellos correacopios que terminaron siendo, prácticamente, esquemas Ponzi. Pero las pérdidas fueron multimillonarias y las consecuencias aún se sienten, una institucionalidad herida.
FUENTE: LPO