China responde a la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, con las primeras «acciones resueltas»: un plan «dirigido» de ejercicios militares que, del viernes al domingo, sentará las bases de un bloqueo aeronaval con la prohibición sobre seis grandes áreas para rodear la isla.
Las tres zonas de exclusión tienen márgenes que se superponen en las aguas territoriales de Taiwán.
En una sesión informativa del Ministerio de Defensa de Taiwán, el capitán Jian-chang Yu expresó su descontento con la iniciativa y manifestó que las acciones planeadas equivalen a «aislar a Taiwán por aire y mar».
«Tal acto cubre territorios terrestres y acuáticos de nuestro país y viola gravemente nuestra soberanía territorial», añadió.
En otras palabras, sería una prueba técnica de bloqueo militar que podría estar entre las opciones chinas en un escenario de invasión de la isla, considerada por la República Popular como parte «inalienable» de su territorio a reunificar incluso por la fuerza, si fuera necesario.
Las áreas de exclusión fueron diseñadas para obstruir los puertos: un movimiento estratégico ya que Taiwán no tiene materias primas y se ve obligado a importar muchos bienes esenciales para su sistema de producción.
Los ejercicios militares de China, que incluyen operaciones navales, aéreas y de lanzamiento de misiles y artillería de largo alcance, serán los más grandes desde 1995, cuando Pekín realizó actividades a gran escala a raíz de la irritación que causó la visita del entonces presidente taiwanés, Lee Teng-hui, a Estados Unidos.
Mientras, un año después, en la segunda crisis, el Ejército Popular de Liberación lanzó misiles en conjunción con las primeras elecciones presidenciales locales, con objetivo intimidatorio..
La advertencia del presidente chino, Xi Jinping, en la reunión virtual de la semana pasada con su homólogo estadounidense Joe Biden, cuando dijo que «quien juega con fuego acaba prendiéndose fuego» para desalentar la visita de Pelosi, elevó la apuesta, pues un paso atrás chino se interpretaría como una señal de debilidad.
Por eso, Pekín podría incrementar su presión en las próximas semanas. Mientras, además de las maniobras militares, China suspendió la exportación de arena natural a Taiwán, asestando un duro golpe al menos de forma inmediata a la producción estratégica de la isla de microchips que ostenta el líder mundial TSMC.
Y bloqueó la importación de otro tipo de cítricos y DE pescado, afectando así a un total de más de 2.000 de los aproximadamente 3.200 productos alimenticios que llegan desde Taiwán.
El temor de la isla es que las fuerzas armadas chinas comiencen a violar sistemáticamente la «línea media» que divide informalmente el Estrecho de Taiwán (como lo hicieron hoy 22 de los 27 aviones en la incursión vespertina) para apoyar el carácter nacional del brazo de agua y no internacional, reclamando el control.
La presidenta Tsai Ing-wen respondió con firmeza a la intimidación de Pekín: «Ante las amenazas militares intensificadas, Taiwán no retrocederá. Apoyaremos firmemente la soberanía de nuestra nación y continuaremos defendiendo la democracia», dijo, ante Pelosi.
FUENTE: ANSA.