Con el respaldo de 31 senadores fue presentado hoy el pedido para que el Congreso cree una comisión investigadora sobre la presunta corrupción en el Ministerio de Educación en complicidad con pastores evangélicos, un escándalo que hace temer al presidente, Jair Bolsonaro, afirmó la oposición.
Desde el gobierno consideran que el organismo será manipulado electoralmente a menos de cuatro meses de los comicios presidenciales en los que Bolsonaro buscará un segundo mandato.
El senador Randolfe Rodrigues, líder de la bancada de la oposición que reúne a varios partidos, presentó hoy una requisitoria avalada por 31 firmas para la formación de una Comisión Parlamentaria de Investigaciones (CPI).
«No hay dudas de que se instaló una gavilla en el Ministerio de Educación», declaró Rodrigues al entregar las firmas ante la Secretaría General de la Mesa del Senado en el mediodía de hoy en Brasilia.
Existen «indicios fuertes» respecto de que «el esquema de esa gavilla llega hasta el Palacio del Planalto (sede Presidencia)», remarcó Rodrigues.
El exministro de Educación, el pastor Ribeiro y los también pastores Arilton Moura y Gilmar Santos fueron arrestados el miércoles pasado en un operativo de la Policía Federal desplegado por cuatro estados.
Pero el jueves, un día después de los arrestos, los tres fueron dejados en libertad tras lo cual un comisario de la Policía Federal comentó que hubo «interferencias» para facilitar esas excarcelaciones.
El juez federal Renato Borelli también hizo mención a alguna interferencia en las investigaciones originada en algún sospechoso con fuero especial, que podría ser el presidente Bolsonaro, ante lo cual derivó el caso al Supremo Tribunal Federal.
Un audio grabado con autorización judicial, y divulgado por la prensa, registró al exministro Ribeiro comentando que el presidente le informó con antelación sobre el allanamiento realizado la semana pasada en su domicilio del interior del estado de San Pablo.
Bolsonaro conmemoró la excarcelación de Ribeiro, por quien dijo que pondría «las manos en el fuego».
Esta causa ha sido manipulada para permitir que el líder opositor, Luiz Inácio Lula da Silva, marque un «gol» a cuatro meses de los comicios presidenciales, cuestionó el jefe de Estado.
Además, Bolsonaro aseguró que la Policía Federal actúa con independencia al margen de los intereses del gobierno.
El vicepresidente, Hamilton Mourao, declaró hoy que «no tiene sentido (crear una CPI) porque la Policía Federal y Ministerio Público están tratando el asunto».
El organismo «servirá para la explotación política como con la CPI del Covid (que terminó de sesionar meses atrás)», la cual tuvo entre sus mentores al senador opositor Rodrigues.
Rodrigues declaró este martes, al entregar el pedido de CPI, que «Bolsonaro tiene miedo de las declaraciones (que pudieran hacer) Milton Ribeiro, Gilmar (Santos) y Arilton (Moura)».
El senador, perteneciente al partido Red de Sustentabilidad, de centroizquierda, señaló que la CPI tiene varios objetivos, como indagar si hubo complicidad de Bolsonaro en las supuestas irregularidades en el Ministerio de Educación.
El congresista opositor hizo mención al respaldo de 31 senadores logrado por la CPI, siendo que el reglamento de la Casa exige 27 firmas.
De todos modos la creación de la misma depende del presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, que ha demostrado alguna reticencia a dar su aval. (ANSA).
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