Tras meses de búsqueda de genes que aumentan la susceptibilidad a contraer neumonía agresiva, ahora se descubrió que un grupo de genes, presente del 15% al 20% de los que enferman gravemente, se especializa en destruir la única molécula capaz de construir una barrera contra la infección por SarsCoV2, el interferón.
El descubrimiento, publicado en el último número de la revista Nature, es la clave para comprender como nunca en algunos que la enfermedad desencadena pulmonías agresivas, mientras que otros permanecen asintomáticos.
El resultado es el punto de arribo de la investigación que comenzó en 2020 por el grupo internacional coordinado por Jean-Laurent Casanova, de la Universidad Rockefeller, en colaboración con el consorcio internacional de genética ‘Covid Human Genetic Effort’ en el que Italia participa con el grupo de Giuseppe Novelli, de la Universidad de Roma Tor Vergata, y con el Instituto San Raffaele de Milán, Universidad de Brescia, Hospital Niño Jesús de Roma.
«Estamos estudiando las características de quién se enferma en un modo grave y los datos indican que la diferencia, respecto a la infección, la hace el huésped», dijo Novelli a ANSA.
En los genes vinculados a las formas graves de la enfermedad, algunos de los cuales fueron descritos en los últimos meses por el mismo grupo de investigación, hay algunos que tienen que ver con la llamada inmunidad innata, es decir, con la capacidad de cada individuo para defenderse del virus y cuyo descubrimiento fue premiado en 2011 con el Nobel de Medicina a Bruce Beutler y Jules Hoffmann.
«Hemos demostrado -dijo Novelli- que buena parte de los enfermos graves tiene un defecto en la producción de interferón», o sea no consigue producir o incluso destruir la molécula que juega un rol clave contra la tempestad de citoquinas típica en las formas graves de Covid-19.
Y ello sucede porque no son producidas las moléculas-sensoras que activan los receptores de las células inmunitarias llamadas Tlr, que tienen la tarea de advertir el peligro.
En sustancia, en quien contrae la forma grave de Covid-19, el sistema inmunitario no se activa y no lanza ninguna alarma, dejando al virus el camino completamente libre.
Para Novelli «es un descubrimiento que abre las puertas a la terapia personalizada», un objetivo realizable solamente haciendo una detección genética de las formas graves.
Contemporáneamente se puede profundizar en los secretos de la inmunidad natural y el próximo paso de los investigadores podría ser estudiar los individuos super inmunes, o sea que no contraen la infección, o aquellos que después de ser contagiados son asintomáticos.
Estudiar la inmunidad natural es importante también para tener nuevos instrumentos para combatir al virus, junto a la inmunidad adquirida dada por las vacunas.
Los investigadores observan que «no está claro si las vacunas quedarán eficaces a largo plazo y si lo serán además contra eventuales nuevas variantes del virus». (ANSA).