Exponemos las conclusiones de un nuevo estudio, que demuestra que, los impactos sobre los arrecifes de los extremos climáticos de las últimas tres décadas han mantenido indemne del letal blanqueamiento, apenas al 2% de la Gran Barrera de Coral.
El profesor Terry Hughes del Coral CoE en JCU, autor principal de dicho estudio explicó que la frecuencia, escala e intensidad de los extremos climáticos se están acentuando rápidamente por el calentamiento global; de esta forma se producen grandes olas de calor a nivel marino que blanquean y matan los corales.
¿Qué les ha pasado a los corales?
Tan solo un 2% del mayor ente vivo del planeta, la Gran Barrera de Coral ha escapado a este blanqueo, desde que se constató por primera vez el problema en 1998, el año que hasta entonces se consideraba como el más caluroso desde que había registros. Pero en 2016, 2017 y 2020 volvió a repetirse esta situación de temperaturas extremas, eventos que afectaron casi al 80% de los corales.
El profesor Hughes indicó que los cinco episodios de blanqueamiento masivo que se han registrado desde 1998 han convertido a la Gran Barrera de Coral en un lugar caótico con historias por sectores completamente diferentes: un 2% a salvo y un 80% severamente blanqueado al menos una vez en 30 años. La Gran Barrera de Coral es la unión de más de 3.000 arrecifes, que ocupan una franja oceánica de 2.320 kilómetros de largo.
Este ecosistema sustenta casi 70.000 puestos de trabajo solo por el turismo de arrecifes, pero a nivel mundial, la seguridad alimentaria de millones de personas depende de estos corales, que se blanquean como respuesta al estrés que sufren por las olas de calor y mueren a causa de ello.
Sorprendentes descubrimientos
Cada evento de los que se han observado tiene una huella geográfica diferente, puesto que grandes partes del arrecife se vieron afectadas en cada una de las situaciones de extremo calor, mientras que otras salieron indemnes a ella y sin embargo sufrieron blanqueamiento en la siguiente. Por ejemplo, la zona sur de la Gran Barrera se salvó de las graves temperaturas de 2016 y 2017, pero sucumbió a las de 2020.
El estrés por calor es un elemento predictor muy preciso para medir y calcular la severidad del blanqueamiento anual y este se obtiene mediante el cotejo de datos satelitales y la valoración de la duración y la intensidad de cada ola de estrés por exceso de calor, que afectó a cada área de la Gran Barrera.
Los científicos comprobaron que las respuestas al calor extremo que se daban en cada zona dependían de su reciente historial de blanqueamientos, eso explica que, en 2002 y 2017 se haya necesitado un mayor nivel de calor para producir niveles de blanqueamiento similares a los que se constataron en 1998 y 2016.
Por tanto, concluyeron que los corales que se ‘salvan’ de una ola de calor resultan más vulnerables a la siguiente, puesto que el umbral de blanqueamiento que presentan los arrecifes que ya han experimentado episodios anteriores, resulta mucho más alto y los hace algo más resistentes.
¿Qué futuro les espera?
Las predicciones del futuro de los corales y de su afectación por culpa del cambio climático dependerá del estudio de múltiples perturbaciones que son impulsadas por el clima y que a lo largo del tiempo y del espacio, acaban interactuando entre sí generando efectos combinados, por lo que los parámetros a tener en cuenta son muchos y muy complejos.
Lo que está claro es que frenar el cambio climático resulta crucial para salvar a los corales, puesto que las temperaturas extremas seguirán socavando la capacidad de recuperación de los ecosistemas coralinos, dado que estos necesitan mucho tiempo para lograr reproducirse, asentarse y ‘reparar’ las zonas blanqueadas.
FUENTE: Energías Renovables