El Día Mundial de las Aves Migratorias es parte de una campaña de sensibilización que se lleva a cabo dos veces al año, generalmente los segundos sábados de mayo y de octubre.
Un festejo doble
Este evento se originó gracias a: el tratado internacional para la protección de las especies animales migratorias que se firmó en 1979, a la Convención sobre la Conservación de Especies Migratorias y al Acuerdo sobre la conservación de aves acuáticas migratorias de África y Eurasia, aunque cuenta con la adhesión de innumerables organismos, acuerdos, tratados, organizaciones y personas a lo largo y ancho del mundo.
La primera edición del Día Mundial de las Aves Migratorias tuvo lugar en 2006, aunque en el continente americano esta fecha se conmemora desde 1993. Es la oportunidad perfecta para informar y concienciar a la población, acerca de la importancia que tienen estas aves en el contexto del gran ecosistema que es el planeta Tierra.
Una protección más que necesaria
Las aves migratorias más conocidas y célebres de España son sin lugar a dudas los aviones comunes, las golondrinas y los vencejos, aunque en realidad no son las únicas. Estas avecillas viajan enormes distancias dos veces al año, del sur al norte cuando llega el verano para procrear y del norte al sur para alimentarse y crecer.
Las aves migratorias tienen un papel fundamental en todos los ecosistemas, por lo que su disminución afecta al equilibrio de los mismos. Al ser especies insectívoras evitan la proliferación de insectos voladores (moscas, polillas, escarabajos, mosquitos, etc.) por lo que nos protegen de los hematófagos y evitan plagas en los cultivos.
Además de tener que enfrentar los retos que suponen tan largos viajes, estas aves se encuentran con un peligro mayor aun: los seres humanos, que han degradado sus hábitats mediante la deforestación, la contaminación, la urbanización, etc. Y como no tiene donde anidar lo hacen donde pueden, generalmente en edificios y viviendas.
Cuando esto sucede y aun corriendo el riesgo de enfrentarse a cuantiosas multas, ya que hablamos de especies altamente protegidas, hay personas inescrupulosas que quitan sus nidos para evitar sus deposiciones. Lo que no se dan cuenta es que también están evitando que estas aves continúen haciendo su trabajo, que es fundamental para la salud humana y la del planeta.
Recíbelas cada año como se merecen, cuídalas, disfruta de su presencia, protégelas y agradece que hayan venido. Si faltasen, nuestra vida sería muy diferente y sin lugar a dudas mucho peor.