Sal: una mala elección
La sal debe consumirse con moderación, no importa si es blanca, rosa, azul ni de dónde es originaria, ya que básicamente está compuesta por Sodio y Cloro, dos elementos muy necesarios, pero que en exceso pueden ocasionar graves problemas de salud (hipertensión, afecciones renales y cardiacas, osteoporosis, etc.).
Por esa razón es importante que los adultos se acostumbren a sí mismos y a sus hijos a consumir menos cantidades de sal, ya que el gusto por este condimento es completamente adquirido. Si no les ofrecemos alimentos súper salados a los niños, les estamos haciendo un gran favor, preservando su buena salud actual y futura.
Menos sal, más hierbas ecológicas
Para sustituir la sal no hay nada como recurrir a los condimentos ecológicos, que permitan realzar y enfatizar el sabor de las comidas, nunca cambiarlo. Las hierbas aromáticas ecológicas deben emplearse en cantidades pequeñas, ya sean frescas o secas y en general se agregan a las preparaciones crudas o minutos antes de culminar la cocción.
Las hierbas son condimentos ecológicos que tiene un sabor más astringente, además muchas de ellas, como la mejorana, la ajedrea o el tomillo estimulan naturalmente la secreción de jugos gástricos, por lo que facilitan la digestión. Para quienes no las acostumbran a usar, se aconseja ir introduciéndolas gradualmente, comenzando por sazonar platos sencillos, hasta que se sientan preparados para hacerlo con comidas más complejas.
Si las hierbas ecológicas están frescas, lo mejor es frotarlas, cortarlas o triturarlas, especialmente si son del tipo aromático como la albahaca o la hierba buena, para intensificar los sabores y olores. El empleo de estos condimentos alternativos de la sal es todo un arte, que hay que cultivar probando diferentes opciones.
¿Qué usar y cómo?
Una mezcla de albahaca y romero es un excelente sustituto de la sal. El estragón tiene por sí mismo un deje o retrogusto salado. El tomillo, el perejil, el eneldo o el cebollino son profundamente aromatizantes y dan sabores muy agradables a cualquier tipo de plato, de modo que no se hace necesario agregar sal.
Albahaca y orégano son dos complementos perfectos para las preparaciones con tomates, ya sean pizzas, sopas, etc. Además, junto con el estragón, el cebollino ecológico y el tomillo resultan exquisitos para realzar el sabor de las ensaladas, especialmente las de hojas verdes y/o de crucíferas ecológicas crudas.
El zumo de limón, el eneldo y el perejil ecológico son ideales para sazonar pescados. Las patatas, ya sean hervidas o asadas quedan deliciosas espolvoreadas con romero, tomillo o eneldo fresco y fritas con limón y pimienta, no necesitan ni un gramo de sal. El arroz mantiene una estrecha relación desde tiempos inmemoriales con el curry y el azafrán.