El Senado sancionó la ley que otorga un beneficio extraordinario a familiares del ARA San Juan.
La iniciativa se aprobó por unanimidad, con 53 votos, al término de una extensa sesión.
El Senado aprobó hoy y convirtió en ley por unanimidad el proyecto que otorga un beneficio extraordinario por única vez a los familiares de los 44 tripulantes fallecidos en el submarino ARA San Juan en 2017, tras un debate con reproches entre oficialistas y opositores.
La iniciativa, aprobada semanas atrás por la Cámara de Diputados y sancionada con 53 votos en el Senado reconoce a los familiares de la tripulación «el derecho a percibir por única vez un beneficio extraordinario de carácter económico por grupo familiar».
Durante el debate, el oficialismo y la oposición cruzaron reproches por el tema: luego de que Juntos por el Cambio criticara al Gobierno por el escándalo de las vacunas, el Frente de Todos culpó a la administración del ex presidente Mauricio Macri por lo ocurrido con el submarino que desapareció el 15 de noviembre de 2017 en el Mar Argentino y fue hallado un año después, a más de 900 metros de profundidad.
En su articulado, la iniciativa impulsada por el Poder Ejecutivo señala que el beneficio «tendrá el carácter de indemnización extraordinaria» y que estará «exento de gravámenes».
El monto será equivalente a «la remuneración mensual de los y las agentes de Nivel A, Grado 0 del Convenio Colectivo de Trabajo Sectorial del Personal del Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP)» multiplicado «por el coeficiente 100», lo que a valores actuales equivaldría a 7 millones de pesos aproximadamente.
Además, la nueva ley establece que el cobro del beneficio es «incompatible con cualquier acción judicial en trámite, de reclamo de daños y perjuicios por parte de los y las beneficiarios y/o beneficiarias». Por esa razón, señala que los familiares podrán optar por percibir este beneficio o por continuar por la vía civil, en caso de haber iniciado una acción judicial contra el Estado Nacional.
La senadora mendocina Anabel Fernández Sagasti, vicepresidenta del bloque oficialista, calificó la pérdida de los tripulantes como «algo irreparable» pero sostuvo que «una de las mejores formas de reparar es decir la verdad de lo que sucedió y desmentir las mentiras y manoseos que en virtud de proteger a un ministro central del gobierno de Macri».
De esa manera se refirió al rol del ex ministro de Defensa, Oscar Aguad, sobre quien recordó, además, que «le echó la culpa a los tripulantes del ARA San Juan por el hundimiento, dijeron que les faltaba adiestramiento y que por eso desapareció el submarino».
Además, la mendocina señaló que «salió a la luz en la investigación de la comisión bicameral del Congreso y de la Justicia que el gobierno de Macri sabía desde la primera semana de diciembre de 2017 donde había sido la implosión del ARA San Juan y nunca se lo dijeron a la familia».
Al finalizar su discurso, Sagasti reclamó «que se termine la doble vara de la Justicia» y, en una alusión al caso de las vacunas, agregó: «No hubo ni un allanamiento de la Justicia para saber qué pasó con el ARA San Juan».
En el mismo sentido se había expresado previamente la chubutense Gladys González, del mismo bloque, quien habló de «desidia» y expresó: «Ojalá la Justicia falle muy pronto porque responsables había, desde el Presidente de la Nación, el ministro y varias autoridades que no renunciaron pero se dedicaron a espiar a los familiares».
La jujeña Silvia Giacoppo (Juntos por el Cambio) respondió a esa crítica al recordar que la última reparación del submarino se había dado bajo la gestión de la actual vicepresidenta Cristina Kirchner, quien según dijo «garantizó que por 30 años ese submarino tendría vida útil».
«Quiero que se averigüe cuál es el desperfecto que causó el hundimiento. No quiero una verdad sesgada por el prisma de la política, quiero una investigación de la Justicia, esa a la que hoy acusan de lawfare, esa Justicia quiero respetarla», agregó la Giacoppo.
Por su parte, el mendocino Julio Cobos (Juntos por el Cambio) sostuvo que «esta reparación económica no compensa el dolor de los familiares, ni la pérdida de 44 vidas; pero es la manera de asistir de la mejor forma posible asumiendo la responsabilidad».
Escrito por Pablo Sieira