La producción se estima en 16,7 millones de toneladas, con una merma de 2,8 millones respecto al 2019, por la fuerte sequía. Las exportaciones -unas 10 millones de toneladas- permitirían una recaudación récord ya que el precio de la tonelada subió el 30%.
Las exportaciones del complejo de trigo durante la campaña 2020/21 podrían superar los US$ 2.800 millones, su valor más alto en 9 años, gracias a la suba de los precios internacionales, pese a que se esperan embarcar casi 2 millones de toneladas menos que en el ciclo pasado.
Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyectó que las exportaciones se ubicarían en torno a las 10 millones de toneladas por US$ 2.819 millones, monto que de concretarse, sería el mayor desde 2012.
La producción del cereal se estima en 16,7 millones de toneladas, lo que representa una merma de 2,8 millones respecto de la campaña anterior, debido a la fuerte sequía y a las heladas que afectaron al cultivo, sobre todo en los meses de invierno.
Al principio del ciclo la entidad bursátil preveía una producción récord de entre 21 y 22 millones de toneladas, pero «las condiciones meteorológicas desfavorables generaron recortes sucesivos en las previsiones de producción».
«El panorama climático en nuestro país ya generaba expectativas negativas en agosto, cuando la falta de agua en ese mes se había registrado como la peor desde agosto del 2010.
Sin ninguna señal a favor de lluvias en julio, en las áreas mediterráneas se estimó una reducción de 100.000 hectáreas en el área de intención de siembra al no poder concretarse la implantación», explicó la entidad.
A esto se sumó que «la superficie de lotes trigueros en condiciones regulares a malos de la zona núcleo se había duplicado, calculándose en 2 millones de hectáreas».
Hacia finales de agosto la situación empeoró en el norte y en la franja agrícola central del país, y si bien las lluvias ocurridas durante septiembre y octubre mejoraron un poco el panorama, la mayoría de los plantíos ya habían atravesado su situación crítica de desarrollo, por lo que los rindes ya habían sido definidos.
La superficie sembrada fue menos por la dura sequía que sufrió medio país.
De esta manera, el área sembrada de la campaña 20/21 resultó en 6,5 millones de hectáreas, con un rinde promedio de 28,37 quintales por hectárea, mientras la superficie no cosechada ascendería a 608.000 hectáreas en esta campaña.
A medida que las proyecciones de cosecha se reducían, también lo hacía el saldo exportable, que hoy está calculado en 10 millones de toneladas, 1,9 millones de toneladas menos que en la campaña 2019/20.
Sin embargo, la suba de los precios internacionales, de la mano de una demanda del cereal «robusta, más si se consideran la incertidumbre climática y productiva de los países del Mar Negro y de Estados Unidos para la próxima campaña, luego del invierno», permitirá un mayor ingreso de divisas que en los nueve ciclos anteriores, a pesar de la caída en volumen.
«El precio promedio de exportación del grano de trigo se proyecta en US$ 259 la tonelada, aumentando un 30% respecto a la campaña anterior. Lo mismo ocurriría con los precios de la harina de trigo, proyectados en US$ 402 la tonelada, subiendo un 30% respecto a la campaña anterior», puntualizó la BCR.
Respecto a este último punto, la Bolsa rosarina prevé un aumento del 10% en los embarques de harina, hasta las 700.000 toneladas, «luego de la reactivación de las economías latinoamericanas y el aumento en la movilidad entre los países del Mercosur post cuarentena por Covid-19».