«Espero que el día de mañana, cuando a alguien le quieran mostrar este tipo de cosas, lo piense y se acuerde de lo que pasó con Belén, que le diga a esa persona ‘borralo, no lo reenvíes'», dijo el padre de Belén San Román.
Marcelo San Román, padre de la policía de 26 años que se quitó la vida luego de que su expareja viralizara un video íntimo, pidió «a los que tengan que hacer algo, escuchen y se dignen a hacerlo», en referencia a la aprobación del proyecto de ley que establece penas para la «pornovenganza», y pidió que la muerte de su hija ayude a «tomar conciencia» a la sociedad.
«Espero que el día de mañana, cuando a alguien le quieran mostrar este tipo de cosas, lo piense y se acuerde de lo que pasó con Belén, que le diga a esa persona ‘borralo, no lo reenvíes, acordate de lo que pasó con esa chica de Bragado'», dijo el padre en declaraciones a la prensa.
Belén San Román murió este domingo en el hospital municipal de Bragado, cinco días después haberse disparado en la cabeza con su arma reglamentaria luego de la viralización de una serie de fotografías intimas y un video y, según sus familiares, el responsable de la difusión de esas imágenes íntimas fue su expareja, Tobías Villarruel.
Graciela Álvarez, madre de la joven, denunció a través de su cuenta de Facebook que Villarruel, oriundo de la ciudad de Chivilcoy fue «el que viralizó fotos y videos» de su hija «hostigándola y amenazándola», y que esta situación provocó «que ella termine con su vida».
«Tan culpable esta lacra, como todos aquellos que viralizaron. El ser humano es la peor de las especies en este mundo enfermo. Ojalá sus sucias conciencias no los dejen vivir en paz», continuó el posteo de la madre.
La joven, que desde hace algunas semanas desempeñaba tareas en el Comando de Patrullas Rural, «no soportó la presión, la exposición y la vergüenza», precisó el padre en declaraciones a la prensa. Y agregó: «no lo supo manejar y no se abrió a pedir ayuda».
«No juzgo a nadie, no soy quién para hacerlo, pero espero que estas cosas nos ayuden a todos a pensar y a entender que el que ve un video así, o lo manda, también es responsable», apuntó.
«Mi hija recibía burlas, hostigamiento, había gente que le mandaba mensajes privados diciéndole barbaridades», agregó San Román.
Tras la difusión del material, además, a la joven policía se le abrió un sumario administrativo de Asuntos Internos de la Policía. Este caso motivó una marcha apoyada por familiares, amigos y organizaciones sociales, en reclamo del urgente tratamiento del proyecto de ley contra la «pornovenganza», que cuenta con media sanción en el Senado desde julio pasado.