A menudo es utilizado para la agricultura o, también, como base para la producción de explosivos, principalmente para su uso en la industria minera.
El Gobierno libanés apoya como principal hipótesis de la causa de las explosiones que destruyeron gran parte de Beirut un incendio en un depósito donde había abandonadas más de 2.700 toneladas de nitrato de amonio, un químico blanco, inodoro, aparentemente inofensivo que suele encontrarse en las bolsas de fertilizantes
A menudo es utilizado para la agricultura o, también, como base para la producción de explosivos, principalmente para su uso en la industria minera. A temperatura ambiente permanece relativamente estable, pero puede desencadenar reacciones poderosas en presencia de condiciones particulares, como un incendio o un catalizador.
Además, las sustancias tóxicas liberadas al aire después de una explosión generan posibles efectos dañinos a la salud de los seres humanos.
Uno de los efectos, por ejemplo, es la producción de óxidos de nitrógeno gaseosos que según su acumulación pueden ser letales por inhalación o causar quemaduras, lesiones oculares graves, explicó el experto Carlo Della Volpe de la Universidad de Trento en el blog de la Sociedad Química italiana, citado por la agencia de noticias ANSA.
Estos óxidos de nitrógeno gaseosos pueden persistir mucho tiempo en el aire, si no son dispersados por agentes atmosféricos, como lluvias o vientos fuertes.
Por eso, las autoridades libanesas temen posibles consecuencias posteriores a las explosiones y cada vez circulan más mensajes extraoficiales para que los habitantes abandonen la ciudad o al menos las zonas más afectadas.
El nitrato de amonio, químicamente un sólido cristalino, no es en sí mismo muy peligroso para los humanos. Según su ficha de seguridad, el mayor riesgo para la salud es que «puede causar irritación ocular grave».
La mayor parte de esta substancia se usa en el mundo en la agricultura (alrededor del 93%), pero las aplicaciones son diferentes, por ejemplo, en el llamado ‘hielo instantáneo’, que aprovecha el hecho de que cuando se disuelve en agua disminuye su temperatura.
Se obtiene haciendo reaccionar amoníaco y ácido nítrico, y se sintetizó por primera vez en 1659, aunque solo en 1849 se descubrió que, si se prendía fuego, podría desencadenar una explosión.
«La explosión de nitrato de amonio -sostuvo Della Volpe- puede ser provocada por la explosión de otro explosivo o por la acción de un catalizador mezclado con la masa de material o finalmente por un incendio sostenido por material combustible mezclado con él».
«Recordemos que en las últimas décadas se han producido explosiones poderosas de ese mismo tipo en plantas de producción como en Texas (Estados Unidos) en 2013 o en Toulouse (Francia) en 2001», agregó.