Por Tobias Adrian (FMI) y Ceyla Pazarbasioglu (Banco Mundial)
El choque macrofinanciero masivo causado por la pandemia continúa devastando la economía global y ha sometido tanto a los bancos como a los prestatarios a una fuerte tensión.
Los supervisores se enfrentan a desafíos sin precedentes que requieren una acción decisiva para garantizar que los sistemas bancarios respalden la economía real mientras preservan la estabilidad financiera.
Este blog presenta nueve recomendaciones conjuntas del FMI y el Banco Mundial para ayudar a los supervisores a navegar por estas aguas desconocidas y hace un llamado a la vigilancia con respecto a las medidas de política adoptadas que no son consistentes con los estándares internacionales.
Esto es fundamental para evitar que la crisis sanitaria y económica se transforme en una crisis financiera.
El sector bancario desempeña un papel fundamental para mitigar el shock macroeconómico y financiero sin precedentes causado por la pandemia mediante el apoyo a los prestatarios afectados y el mantenimiento del flujo de crédito al sector real, al tiempo que se preserva la estabilidad financiera.
El sistema bancario global está ahora en una posición mucho más sólida que durante la crisis financiera de 2008 debido a la implementación de las reformas regulatorias financieras del G20.
Aun así, a medida que los agudos desafíos de liquidez dan paso a problemas de solvencia estructural, los incumplimientos de la deuda aumentarán y la presión sobre el sistema bancario crecerá.
Otros choques adversos a las condiciones económicas y financieras podrían darse cuenta. Las persistentes incertidumbres sobre la duración máxima y el impacto de las perturbaciones plantean profundos desafíos para los supervisores bancarios.
El FMI y el Banco Mundial comparten una asociación estratégica clave y de larga data para ayudar a nuestros países miembros a preservar la estabilidad del sector financiero y promover el desarrollo financiero. Nuestros esfuerzos conjuntos son más importantes ahora que nunca.
La supervisión y regulación bancaria es un área en la que ambas organizaciones tienen una amplia experiencia.
A partir de las ideas de las operaciones del FMI y el Banco Mundial a través de nuestra membresía universal y nuestro Programa conjunto de Evaluación del Sector Financiero , hemos publicado una nota conjunta de posición del personal del FMI y el Banco Mundial que establece nueve recomendaciones que pueden servir como guía para los supervisores bancarios para ayudar a navegar estos aguas inexploradas.
¿Qué han hecho los formuladores de políticas?
Para proporcionar alivio inmediato a los prestatarios afectados y mantener una liquidez adecuada en el sistema financiero, muchas autoridades nacionales han implementado medidas de apoyo tales como el aplazamiento del pago de la deuda, los paquetes de estímulo y las garantías de crédito.
Los supervisores han sido una parte integral de esta respuesta política.
Sobre la base de la orientación de los organismos de normalización, muchas autoridades de supervisión han implementado una amplia gama de intervenciones en el sector financiero.
Las medidas apuntan a la utilización del capital bancario disponible y las reservas de liquidez, proporcionan claridad sobre el tratamiento regulatorio, promueven la transparencia del balance y mantienen la continuidad operativa y comercial de los bancos, así como los sistemas de pago.
¿Qué deben tener en cuenta los supervisores?
Ofrecemos nueve recomendaciones que reconocen el esfuerzo continuo para apoyar las necesidades inmediatas de la economía real, al tiempo que garantiza la estabilidad financiera.
Alientan a las autoridades nacionales a emplear la flexibilidad integrada de los marcos regulatorios, de supervisión y contables, al tiempo que respetan los estándares regulatorios mínimos y los principios de supervisión acordados internacionalmente.
Abandonar tales principios podría sembrar las semillas de riesgos futuros que potencialmente socavan la solidez y la salud a mediano plazo del sistema bancario.
Es necesaria una vigilancia particular con respecto a las medidas que no son consistentes con los marcos acordados internacionalmente.
De hecho, algunos países en desarrollo tienen menos opciones de políticas a su disposición debido a las reservas de políticas limitadas, la capacidad de implementación más débil y los marcos regulatorios menos sofisticados.
Esto podría explicar su mayor dependencia de las respuestas políticas que no están en línea con nuestras recomendaciones.
Estos corren el riesgo de poner en peligro algunas de las ganancias obtenidas con tanto esfuerzo en la regulación y supervisión en los países en desarrollo que apuntalan la estabilidad financiera.
El papel del supervisor bancario nunca ha sido tan esencial.
¿Cómo ayudan las recomendaciones a mantener el sistema financiero en buen estado de salud?
Si aumenta la presión arterial de una persona, ajustar el rango de presión arterial médicamente aceptable hacia arriba puede evitar una alerta roja en el monitor del hospital, pero eso no significa que el paciente no esté en riesgo.
Del mismo modo, cambiar la forma en que se definen y miden los «signos vitales» del sector bancario (capital, liquidez, calidad de activos) no ayudará a mantener el sistema bancario sano.
Por ejemplo, algunas jurisdicciones han congelado el estado de clasificación de activos y los requisitos de aprovisionamiento para préstamos que vencían antes del inicio de la pandemia o cambiaron la definición de préstamos vencidos al extender el número de días vencidos.
Este enfoque corre el riesgo de perder signos vitales si parte de la cartera de préstamos se ve afectada estructuralmente y el rendimiento se debilita.
Si bien las medidas temporales pueden ayudar a ganar tiempo hasta que sea posible una visión más clara sobre el impacto de la pandemia, la recomendación 4 exige medidas de supervisión para garantizar que los bancos continúen monitoreando la calidad de sus activos utilizando estándares bien establecidos y construyan disposiciones adecuadas con el tiempo.
Este enfoque garantiza que los signos vitales de los bancos se midan adecuadamente, lo que facilita las acciones de gestión y genera acciones de supervisión tempranas si es necesario.
Al alentar el uso de la flexibilidad en el marco, al tiempo que se mantienen los estándares mínimos, las recomendaciones buscan garantizar que los signos vitales saludables del sistema bancario se mantengan y supervisen de manera transparente.
Esto ayudará a minimizar los riesgos de una crisis financiera perjudicial que agravaría los principales costos económicos de la pandemia.
El FMI y el Banco Mundial han tomado una posición unificada para ayudar y apoyar a nuestros países miembros.
Estas recomendaciones conjuntas ayudan al desarrollo, monitoreo y fortalecimiento de políticas para mantener la salud financiera durante esta pandemia e, igualmente importante, para el camino hacia la recuperación.
Tobias Adrian es el asesor financiero y director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI. Ceyla Pazarbasioglu es Vicepresidenta de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Grupo del Banco Mundial.