Internos de la Unidad 10 de Melchor Romero (La Plata) se amotinaron y treparon a los techos en reclamo de traslados y mejores condiciones de higiene. El malestar crece en las cárceles bonaerenses después del primer caso de contagio de un preso con coronavirus en Florencio Varela.
La revuelta en Melchor Romero parece ser la primera demostración concreta del malestar por parte de los internos que transitan la pandemia en los oscuros pabellones de las cárceles de la provincia.
Esta mañana, los presos de la Unidad 10 se rebelaron y tomaron el techo. Reclaman excarcelaciones y mejores condiciones de detención. Desde el Servicio Penitenciario explicaron a LPO que hasta el momento se hayan registrado lesionados entre el personal penitenciario ni con los privados de libertad.
Esa unidad aloja unos 150 internos, con la particularidad de que transitan el último tramo de la pena. Muchos de ellos gozaban de salidas transitorias, pero en el marco de la cuarentena obligatoria el Poder Judicial suspendió esos beneficios.
Desde temprano, las autoridades del Servicio Penitenciario se encuentran en el lugar con la intención de dialogar con los internos para que depongan su actitud.
Por la tarde se informó que los negociadores lograron contener la revuelta y que los internos prepararon durante la tarde un petitorio con reclamos judiciales con eje en que se otorguen prisiones domiciliarias y excarcelaciones.
Las cárceles de la provincias están colapsadas. Según el tribunal de Casación Penal, las 58 unidades penitenciarias tienen capacidad para 25.000 internos, sin embargo, actualmente hay alojados 50.000 personas.
Es el caso de la unidad 42 de Florencio Varela, donde se confirmó el primer caso de un preso infectado. Este penal tiene 12 pabellones y una capacidad para 550 detenidos, aunque en la actualidad alberga a cerca de 1.000 internos.
El domingo pasado, cuando se confirmó el primer positivo, hubo un intento de motín con algunos incidentes. Los presos alojados en otras unidades del complejo escucharon las detonaciones y difundieron los videos. Además, denunciaron que varios detenidos fueron heridos por balas de goma. También hubo incidentes menores en las unidades de Ituzaingó y San Martín.
Apenas asumió el gobierno de Axel Kicillof, su ministro de Justicia, Julio Alak, dispuso una mesa integrada por distintos sectores para discutir el drama de la superpoblación carcelaria. La mesa arrancó en busca de consensos, pero todo se complicó cuando desde la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) plantearon la necesidad de liberar entre 10.000 y 15.000 presos. Hoy la mesa está paralizada.
Lo cierto es que la peste ya circula en las abarrotadas cárceles de la provincia. Hasta el momento las autoridades de la provincia confirmaron tres casos positivos de covid-19: dos guardiacárceles y un detenido.
Debido al caso, en la unidad de Florencio Varela existe actualmente medio centenar de presos bajo aislamiento absoluto.
Lo que se sabe hasta el momento es que el contagio se produjo en el hospital Presidente Perón, de Avellaneda, donde era atendido por una afección en los riñones que lo obligaba a sesiones de diálisis tres veces por semana.
La semana pasada, el Poder Judicial ordenó liberar a unos 300 presos de las cárceles bonaerenses que seguirán su condena con prisión domiciliaria. Se trata de internos que estaban dentro de los grupos de riesgo de contraer covid-19 y que fueron excarcelados bajo distintos mecanismos de monigeración que rigen desde que el gobierno implementó el aislamiento obligatorio. En tanto, en México, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador dispuso la liberación de 1.894 detenidos, en tanto en las últimas horas se aprobó la Ley de Amnistía con la que podrían liberarse unos 1.600 presos.